Australia podría abandonar su plan de 368.000 millones de dólares para adquirir submarinos de propulsión nuclear en virtud del acuerdo AUKUS, afirma un respetado organismo de investigación estadounidense.
En cambio, el gobierno federal podría redirigir el dinero a proyectos alternativos que ofrezcan poder de ataque de largo alcance, como bombarderos furtivos B-21 y misiles, sostiene el documento del Servicio de Investigación del Congreso (CRS).
Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña firmaron el pacto AUKUS hace tres años, con el objetivo de mantener una "Indo-Pacífico libre y abierto"en medio de una creciente asertividad de China en la región.
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En la etapa inicial, Australia gastará hasta 368 mil millones de dólares para 2055 para construir, con asistencia tecnológica del Reino Unido y Estados Unidos, una nueva flota de ocho submarinos de propulsión nuclear en Adelaida que entrará en servicio en la década de 2040.
Los submarinos nucleares estadounidenses y británicos se desplegarán desde Australia Occidental a partir de 2027 hasta que la Marina Real Australiana esté equipada con sus buques nucleares.
Pero el estudio del CRS señala una serie de opciones alternativas, como dejar de lado la compra de submarinos estadounidenses y dejar que los buques de la Armada estadounidense en el Indo-Pacífico lleven a cabo misiones en nombre de Australia.
Los constructores navales de Australia continuarían construyendo submarinos de ataque de propulsión nuclear, conocidos como SSN, que serán operados por las armadas estadounidense y británica.
"Australia, en lugar de utilizar fondos para comprar, construir, operar y mantener sus propios SSN, invertiría esos fondos en otras capacidades militares, como, por ejemplo, misiles antibuque de largo alcance, drones, municiones merodeadoras, B- 21 bombarderos de largo alcance u otros aviones de ataque de largo alcance," decía el informe.
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También contiene una advertencia de que el asombroso costo de construir y mantener submarinos de propulsión nuclear para Australia podría provocar una gran caída en el presupuesto de defensa del país y afectar su eficacia militar.
"Si esto ocurriera, podría haber un impacto negativo neto en las capacidades militares generales de Australia para disuadir una posible agresión china."
Los analistas de defensa en Australia han sugerido anteriormente que el bombardero B-21 es una valiosa adición al arsenal militar del país.
El avión con forma de ala de murciélago está equipado con tecnología de última generación y está recubierto con materiales avanzados para hacerlo más difícil de detectar.
Un informe de 2022 del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) dijo que Australia podría adquirir una fuerza B-21 por unos 30.000 millones de dólares.