jueves, enero 16, 2025

El cambio climático podría empeorar la temporada de alergias hasta en un 60%, predice un nuevo modelo


Malas noticias para quienes padecen fiebre del heno: el cambio climático podría empeorar la temporada de alergias hasta en un 60%, predice un nuevo modelo

  • Los expertos estudiaron los niveles de polen y las condiciones climáticas en Europa durante décadas.
  • Descubrieron que la lluvia y la temperatura del aire antes de la temporada de polen eran indicadores clave
  • Pueden informar cuán severos se espera que sean el polen y los alérgenos.
  • Esto podría permitir a los profesionales y a los enfermos planificar con anticipación un mal año.

Las personas que padecen fiebre del heno podrían sufrir un peor momento en el futuro, ya que un nuevo estudio muestra que el cambio climático podría empeorar la temporada de alergias hasta en un 60%.

Un equipo de científicos de la Universidad de Worcester creó nuevos modelos estadísticos para pronosticar los cambios en la gravedad del polen a medida que cambia la temperatura del aire y las precipitaciones.

Con base en evaluaciones a largo plazo que analizan los cambios de año a año en la concentración de polen, encontraron que el cambio climático tendría un impacto significativo.

El autor principal, Alexander Kurganskiy, dice que los cambios proyectados en el clima podrían aumentar la gravedad de la temporada de alergias hasta en un 60% con respecto a los niveles actuales.

Se espera que al poder pronosticar el riesgo y comprender los cambios potenciales, las personas con rinitis alérgica puedan prepararse para la temporada de polen para reducir la exposición.

Las personas que padecen fiebre del heno podrían sufrir un peor momento en el futuro, ya que un nuevo estudio muestra que el cambio climático podría empeorar la temporada de alergias hasta en un 60%.

¿Cómo se puede tratar la fiebre del heno?

Vaselina: Aplicar la gelatina alrededor de la nariz para atrapar las partículas de polen.

Filtros nasales: Forman una barrera física entre las partículas de polen y la membrana nasal.

Purificadores de aire: Los electrodomésticos eliminan las partículas de polen del aire.

Pastillas y gotas para los ojos: Contienen antihistamínico para reducir la inflamación.

Inmunoterapia: El proceso implica consumir el alérgeno durante varios años para desarrollar la tolerancia del cuerpo.

Si bien hasta el 40% de los europeos padecen alergias al polen, actualmente no existe una guía clara sobre la mejor manera de prepararse para las próximas temporadas de alergias.

Hasta este nuevo estudio, también se desconocía cómo puede cambiar la gravedad de la temporada de alergias a medida que el clima continúa calentándose debido a las actividades humanas.

Para abordar estas brechas, Kurganskiy y sus colegas construyeron un modelo estadístico para simular y predecir la suma de las concentraciones de polen, también conocido como la figura de integral de polen estacional (SPIn).

Hicieron esto para cada uno de los 28 sitios durante toda la temporada de polen de gramíneas en Europa y determinaron que «no hay conexión» entre la gravedad del polen y los diferentes sitios.

Esto sugiere que cada sitio debe considerarse individualmente al desarrollar un enfoque de evaluación a largo plazo para el tratamiento de la fiebre del heno, explicó Kurganskiy.

Cada sitio se estudió año a año para observar las variaciones anuales en la SPIn de la hierba en función de la producción neta de carbono orgánico de las gramíneas en 34 estaciones de monitoreo de polen.

Como parte del estudio, utilizaron el modelo Joint UK Land Environmental Simulator (JULES) para simular la producción neta de carbono orgánico durante más de 407 temporadas de polen en estas estaciones entre 1996 y 2016.

Este aspecto del estudio les permitió encontrar que pequeñas variaciones en el crecimiento del pasto conducían a grandes variaciones en la cantidad de polen.

«Nuestros hallazgos tienen el potencial de ser utilizados en modelos de dispersión atmosférica para el noroeste de Europa o regiones más grandes en todo el mundo donde se encuentran disponibles suficientes datos robustos de polen», dijo Kurganskiy.

La rinitis alérgica, también conocida como fiebre del heno, es una inflamación en la nariz causada por una reacción exagerada del sistema inmunológico a los alérgenos en el aire.

Un equipo de científicos de la Universidad de Worcester creó nuevos modelos estadísticos para pronosticar los cambios en la gravedad del polen a medida que cambia la temperatura del aire y las precipitaciones.

Un equipo de científicos de la Universidad de Worcester creó nuevos modelos estadísticos para pronosticar los cambios en la gravedad del polen a medida que cambia la temperatura del aire y las precipitaciones.

Manejar los síntomas de la rinitis alérgica es un desafío y requiere una intervención oportuna, incluida la preparación para la gravedad de la próxima temporada de alergias.

La nueva investigación muestra que la severidad anual de una temporada determinada depende de las condiciones climáticas en el período previo a la temporada de polen.

Saber esto permitirá a los pronosticadores del futuro hacer predicciones sobre los probables niveles de riesgo para las personas alérgicas de alto nivel, lo que les dará a las personas tiempo para prepararse.

Por ejemplo, el equipo descubrió que cada región que monitoreaban tenía un nivel de gravedad diferente, lo que sugiere que podría ser posible planificar las vacaciones para evitar los peores efectos del polen en un año determinado.

Los hallazgos se han publicado en la revista Avances científicos.

FIEBRE DEL HENO: UNA REACCIÓN ALÉRGICA AL POLEN

La fiebre del heno es una reacción alérgica al polen, un polvo fino que proviene de las plantas. Hay más polen en el aire en primavera y verano cuando las plantas están floreciendo.

La reacción suele ocurrir cuando el polen entra en contacto con los ojos, la nariz, la boca o la garganta de una persona.

Los síntomas de la fiebre del heno incluyen tos y estornudos; nariz que moquea o tapada; ojos que pican, enrojecen o llorosos; picazón en la garganta, nariz, boca u oídos; dolores de cabeza y cansancio.

Las personas que padecen alergia pueden ponerse vaselina alrededor de la nariz para atrapar el polen, usar gafas de sol envolventes para mantener el polen fuera de los ojos, lavar la ropa con regularidad y aspirar y quitar el polvo en el interior.

Evitar el césped, las flores cortadas y el humo puede ayudar a reducir los síntomas, al igual que secar la ropa en interiores, donde es menos probable que el polen se adhiera a ella.

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