UN HOMBRE ha sido acusado de engendrar tres hijos con su propia hija, en un horrible caso apodado el “Josef Fritzl francés”.
En el repugnante caso, el francés de 58 años también supuestamente obligó a su hijo de 11 años a tener relaciones sexuales con su propia madre.

El padre admitió que había estado “en una relación” durante varios años con su hija de 33 años, según informó Ouest-France.
Supuestamente usó medicamentos antipsicóticos para drogar a su hija y violarla, obligándola a tener sus tres hijos.
Los comentarios de un niño de 11 años implicaron el carácter incestuoso de la relación entre sus padres, lo que provocó la investigación del fiscal de Brest.
«El informe describe una atmósfera incestuosa, violencia y desviación en el seno de la familia» que vivía en Brest, añadió el fiscal.
GUARIDA DE VIOLACIÓN
Policías asaltan el complejo del ‘brasileño Fritzl’ ‘donde su padrastro mantenía a su hija esclava sexual’
Se entiende que el niño de 11 años tiene dos hermanos menores: hermanas gemelas de 8 años.
Fueron puestos al cuidado de los Servicios de Protección Infantil y colocados en hogares de acogida.
Al conocerse la impactante verdad, el padre fue acusado de violación incestuosa agravada, violación con administración de sustancia a la víctima sin su conocimiento y corrupción de menor.
Fue puesto en prisión preventiva.
La hija del hombre y madre de los tres niños fue descrita como víctima por los fiscales, pero también fue detenida.
Ha sido acusada de violencia habitual contra un menor de 15 años y corrupción de un menor de 15 años, aunque no ha sido puesta bajo arresto.
El caso tiene extrañas similitudes con el terrible caso del monstruo de la violación en sótano Josef Fritzl.
Fritzl, 89 años, fue encarcelado en 2009 por mantener a los niños, nacidos después de violar a su hija Elisabeth, en una guarida subterránea.
El austriaco empezó a abusar sexualmente su hija Elisabeth cuando tenía 11 añosantes encarcelándola en un sótano sucio en Amstetten, cerca de Viena, en 1984.
Tres de los hijos que engendró vivían con su hija en habitaciones sin ventanas e insonorizadas detrás de una puerta de hormigón armado, tres fueron criados en el piso de arriba de la casa y uno murió poco después de nacer.
Se dice que Fritzl quemó el cuerpo del trágico bebé en un incinerador y esparció las cenizas en el jardín.
Sus crímenes salieron a la luz en 2008, cuando la mayor de los niños, Kerstin, enfermó gravemente y tuvo que ser trasladada al hospital.


























