domingo, septiembre 29, 2024

Reseña de la película The Banshees of Inisherin: la comedia nunca duele tanto

Una vieja amistad se vuelve amarga en el centro del cuarto largometraje de Martin McDonagh, The Banshees of Inisherin. Ambientada en 1923 en la isla ficticia de Inisherin en Aran, el director establece de manera aguda el desconcierto del campo muy unido cuando la ruptura inusual de una relación se hace pública. «Simplemente ya no me gustas», le dice Colm (Brendan Gleeson) a Pádraic (Colin Farrell) cuando este último le pregunta por qué no quiere ir al pub local con él. «Te caí bien ayer», Pádraic razones, incapaz de comprender la verdad (Lea también: Revisión de Night at the Museum 3: No tiene nada nuevo que ofrecer)

Pádraic se esfuerza por comprender la situación y se enfrenta a la idea de que se ha quedado atrás porque es aburrido y aburrido. Pero no quería a nadie más, ni siquiera a su caótica y silenciosamente comprensiva hermana Siobhán (Kerry Condon) y al joven tonto Dominic (Barry Keoghan), para pasar sus horas charlando además de Colm. Sin embargo, Colm expresa su razón con afrenta: ha terminado con las horas de charla sin rumbo que Pádraic tiene para ofrecer y preferiría acabar con ellas para concentrarse en su música. No quiere perder el tiempo que le queda en esta vida sin dejar una marca. Nadie recuerda a la gente agradable, recuerda Colm a Pádraic en un encuentro de borrachera dolorosamente tenso. Recuerdan el arte. Pero, si Pádraic no lo deja en paz y continúa molestándolo, Colm lo amenaza con cortarle los dedos uno a uno y dejarlo en su puerta. Y así lo hace.

La automutilación no es la única incomodidad a la que McDonagh se aferra aquí. Sus profundidades de temor existencial y ego masculino cavan profundamente. The Banshees of Inisherin establece estas consecuencias como la plantilla para integrar un cuento rural irlandés controlado que se acumula de manera invisible para transformarse en una alegoría sobre una nación que lucha consigo misma. Si eres nuevo en el estilo de comedia oscura de McDonagh, Banshees es un ejemplo bastante sigiloso de la visión de reojo del director de la existencia humana. Aquí, entrega su obra más madura y elíptica hasta el momento: su persistencia en aferrarse a las chispas de humanidad en estos personajes es inconfundible. El firme dominio de McDonagh sobre los procedimientos se combina con un excelente elenco y equipo, con el compositor Carter Burwell y el director de fotografía Ben Davis como los más destacados.

Pero es con el conjunto de actores donde McDonagh atrae a un ganador. Brendan Gleeson obtiene las mejores líneas y las entrega con una opacidad helada, con Colin Farrell arrasando con su reacción ante ellas. El retrato de Farrell de un hombre que se hunde lentamente en las profundidades de la tristeza, la traición y la pérdida de la bondad es un placer para ver; ninguna otra actuación de este año te romperá el corazón como lo hacen sus escenas con la burra Jenny. Kerry Candon es una delicia como su hermana, que poco a poco anhela dejar esta locura, pero es Barry Keoghan, cuya esbelta línea de lectura de «Ahí va ese sueño», amenaza con robar el espectáculo. Es difícil imaginar The Banshees of Inisherin sin este grupo de excelentes actores devorando las mordaces y abrasadoras palabras de McDonagh en la pantalla. The Banshees of Inisherin es una obra de feroz sabiduría e ingenio, una que se negará a dejar tu lado incluso si te esfuerzas por quitártelo de encima.

The Banshees of Inisherin ahora se transmite en Disney + Hotstar.

Fuente

Últimas

Últimas

Ártículos Relacionades

CAtegorías polpulares

spot_imgspot_img