Las empresas tabacaleras se verán obligadas a pagar la factura de limpiar los millones de colillas que los fumadores desechan cada año bajo la nueva normativa medioambiental en España.
La sentencia, que entra en vigor este viernes, forma parte de un paquete de medidas destinadas a reducir los residuos y aumentar el reciclaje. Incluye la prohibición de cubiertos y platos de plástico de un solo uso, bastoncillos de algodón, vasos de poliestireno expandido y pajitas de plástico, así como la reducción de los envases de plástico para alimentos.
La ley se ajusta a una directiva de la Unión Europea que limita el uso de plásticos de un solo uso y que tiene como objetivo obligar a los contaminadores a limpiar el desorden que crean.
Los fabricantes de cigarrillos también serán responsables de educar al público para que no deseche sus colillas en el espacio público, pero aún no está claro cómo se implementará la limpieza o cuánto costará.
Un estudio catalán calculó el coste entre 12 y 21 euros por ciudadano al año, un total de hasta 1.000 millones de euros (882.000 libras esterlinas).
A principios de este año, el gobierno catalán propuso introducir un esquema por el cual las colillas de cigarrillos podrían canjearse por 0,20 € cada una, lo que agregaría 4 € al precio promedio actual de 5 € por un paquete de 20. El esquema aún no se ha implementado.
Se supone que las tabacaleras repercutirán el coste al consumidor, lo que supone un incentivo más para dejar el hábito. Según las estadísticas gubernamentales del año pasado, alrededor del 22% de los españoles fuman (16,4% de las mujeres y 23,3% de los hombres) frente a una media de la UE del 18,4%.
Sin embargo, a pesar del gran número de fumadores, especialmente entre los jóvenes, la opinión popular favorece mayores restricciones para fumar en lugares públicos. Una encuesta de la asociación de medicina familiar encontró que el 85% está a favor de más restricciones, y el 72% respalda la prohibición de fumar en las terrazas de bares y restaurantes.
Las colillas de cigarrillos son una de las formas de basura más ubicuas y tardan unos 10 años en descomponerse, emitiendo en el proceso sustancias tóxicas como arsénico y plomo.
De acuerdo con la conservación del océano ONG, las colillas de cigarrillos son la forma más común de contaminación marina, incluso más que las bolsas y botellas de plástico, con un estimado de 5 mil millones desechados en el océano.
En aras de la salud pública y para reducir el número de colillas que llegan al mar, unas 500 playas españolas han sido declaradas libres de humo.
El año pasado, Barcelona prohibió fumar en las 10 playas de la ciudad.