El presidente Guillermo Lasso firmó este miércoles un decreto que permite a las Fuerzas Armadas realizar operaciones militares en todo el territorio ecuatoriano “para enfrentar y contrarrestar a organizaciones e individuos terroristas”.
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Esta decisión fue anunciada como parte de una estrategia que trata de poner fin al creciente número de hechos violentos, asesinatos, robos y asaltos que ha vivido Ecuador desde que Lasso llegó al poder en 2021.
El decreto establece que los operativos militares tienen por objeto garantizar la soberanía e integridad territorial, así como la plena vigencia del estado de derecho. También establece que estas operaciones deben respetar tanto los «instrumentos internacionales» como las leyes internas.
Dentro de la estrategia actual, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas debe coordinarse con la Policía Nacional e iniciar acciones “para reprimir la amenaza terrorista con todos los medios a su alcance”.
#ATENCIÓN | En la estación del Trolebús, en el sur de Quito, se cumple un operativo militar para cacheo de armas y explosivos. Esto, en cumplimiento del Decreto Ejecutivo 730, expedido ayer por el presidente, Guillermo Lasso. pic.twitter.com/rcIJcVMPfA
— Ecuador Chequea (@ECUADORCHEQUEA)
4 de mayo de 2023
El tuit dice: «Operativo militar para allanamiento de armas y explosivos en la estación de Trolebuses al sur de Quito. Esto da cumplimiento al Decreto 730 emitido ayer por el presidente Guillermo Lasso».
Lasso también ordenó que la institución a cargo de las prisiones prevea la seguridad de los militares y agentes que pudieran ser «sometidos a procesos judiciales penales» por participar en las operaciones antiterroristas.
El presidente ecuatoriano encargó al Ministerio de Hacienda que dote a las Fuerzas Armadas y la Policía de todos los recursos necesarios para cumplir con la misión encomendada. Las reacciones ciudadanas ante la militarización de facto del país no se hicieron esperar.
Políticos progresistas, defensores de los derechos humanos e intelectuales expresaron su preocupación por la «estrategia» en curso porque, en términos prácticos, no está claro cómo definirá la administración Lasso quiénes son los «terroristas».
En los últimos días, los voceros de la extrema derecha ecuatoriana acusaron al movimiento indígena de «dar cobijo a terroristas y poseer fuerzas paramilitares».
Estas acusaciones sin fundamento y el decreto ocurren en un momento en que el Congreso tendrá que decidir si el presidente Lasso está sujeto a juicio político en un caso de corrupción muy publicitado, en el que aparentemente están involucrados su cuñado y la mafia albanesa.