Cuando era niño, los profesores del Dr. Willard Wigan le decían que no llegaría a nada, pero ahora es un célebre microartista famoso por sus creaciones microscópicas hechas a mano.
Dr. Willard Wigan MBE se ha hecho un nombre como el «mejor microartista del mundo» por sus alucinantes creaciones que son invisibles a simple vista.
Su intrincado arte sólo puede verse correctamente a través de un microscopio, y es tan pequeño que a menudo se muestra dentro del ojo de una aguja, en la cabeza de un alfiler o incluso en una pestaña humana.
Wigan ha conseguido dos récords mundiales para las esculturas hechas a mano más pequeñas. Su primer disco, allá por 2013, fue por una minúscula moto de oro de 24 quilates. Luego rompió su propio récord en 2017 al esculpir un embrión humano a partir de la fibra de una alfombra. Según los récords mundiales Guinnessla escultura medía 0,05388 mm (53,88 micrones) de ancho y estaba colocada dentro de un mechón ahuecado del propio pelo de la barba de Wigan.
Otros ejemplos de sus increíbles creaciones incluyen una iglesia tallada en un grano de arena y una réplica de la Mona Lisa que es más pequeña que la cabeza de una cerilla.
Trabajar a un nivel tan microscópico no está exento de desafíos:
«A veces me encuentro en situaciones desagradables en las que una mosca puede haber volado bajo el microscopio y la brisa de las alas de la mosca puede llevarse una de mis esculturas», dice Wigan.
«Mis obras de arte me vuelven loco», admite. “Pero la gloria es cuando lo termino, cuando otras personas lo ven”.
Proceso creativo
Para lograr un arte tan pequeño, Wigan ha pasado años perfeccionando sus habilidades y técnica.
Ha ganado reconocimiento mundial gracias a su talento. La difunta reina Isabel II adquirió para una de sus creaciones un modelo minúsculo de su propia corona, colocada en la cabeza de un alfiler de 2 mm.
«Trabajo entre los latidos de mi corazón», explica Wigan. «Puedo sentir el corazón latiendo y simplemente espero a que se detenga y luego trabajo en el medio… son solo técnicas de respiración».
Pero este intenso proceso de creación puede ser largo y arduo; Wigan puede pasar semanas trabajando entre 16 y 17 horas al día en sus esculturas.
“Debido a mi autismo, que me permite tener un comportamiento extremadamente intensivo, usaré ese comportamiento como combustible. Si nunca hubiera tenido esta afección, no sería quien soy hoy», dice Wigan.
Mire el vídeo de arriba para obtener más información sobre las increíbles creaciones de Wigan.