El régimen de Irán acaba de perder un par de manos seguras. Sí, otro intransigente seguramente reemplazará a Ebrahim Raisi –conocido por sus detractores como el carnicero de Teherán por los miles de disidentes que envió a la horca como fiscal estatal–, pero la muerte repentina del presidente en un accidente de helicóptero aún puede cambiar la ecuación…
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