SINGAPUR: Los cortometrajes hechos en China ahora deben obtener permisos antes de poder proyectarse en el extranjero, anunció el regulador cinematográfico de China el jueves (4 de julio), dos meses después de que una película china proyectada en el extranjero reavivara el debate sobre las duras medidas tomadas durante la política cero COVID del país.
La Administración de Cine de China (CFA) indicó que la presentación de la película debe realizarse al menos 20 días hábiles antes del evento de proyección. Agregó que los productores o la entidad legal que presentó la película a eventos en el extranjero serán responsables de la solicitud.
Además de la copia del permiso de estreno de la película, el aviso de CFA indicó que las solicitudes deben incluir información como el nombre del evento tanto en inglés como en chino.
Según el diario estatal Global Times, también se debe incluir la fecha y el lugar de la proyección, así como un resumen del contenido de la película.
La medida de la Administración de Cine de China (CFA) hace que los cortometrajes chinos estén sujetos a las mismas reglas que los largometrajes producidos en el país que quieran exhibirse fuera de China.
La CFA no especificó qué define a un cortometraje. Según la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, un cortometraje es «una película original que tiene una duración de 40 minutos o menos, incluidos todos los créditos».
El último dictamen del regulador cinematográfico llega después de que una película china sobre los bloqueos por COVID-19 desencadenara una acalorada discusión en el Festival de Cine de Cannes de este año, informó el South China Morning Post (SCMP).
Titulada Una película inacabada y dirigida por el director chino Lou Ye, la película tuvo una proyección especial el 16 de mayo en el evento anual.
Según SCMP, la película no ha sido aprobada para proyecciones públicas en China y es poco probable que se vea a nivel nacional ya que su contenido ha sido censurado en línea.
Global Times informó que las nuevas reglas estaban en línea con la Ley de Promoción de la Industria Cinematográfica de China, que entró en vigor en 2017. Las autoridades chinas han dicho que la ley tiene como objetivo promover el desarrollo de la industria cinematográfica del país, defender los «valores socialistas fundamentales» y regular el mercado cinematográfico.
Según esa legislación, las películas no pueden incluir ningún contenido que “ponga en peligro la unidad, la soberanía o la integridad territorial de China… dañe la dignidad, el honor y los intereses de China”, así como que hiera “los sentimientos nacionales o socave la solidaridad nacional”.
Aquellos que participen en películas proyectadas sin permiso gubernamental podrían enfrentar multas e incluso se les podría prohibir realizar películas por hasta cinco años.