El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el lunes que estaba «asustado» por la advertencia de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, de un «baño de sangre» si pierde las elecciones el domingo.
“Maduro tiene que aprender: si ganas, te quedas” [in power]“Si pierdes, te vas y te preparas para competir en otra elección”, dijo el ícono de la izquierda, que volvió al cargo el año pasado después de cumplir dos mandatos anteriores hasta 2010.
El sábado, Maduro había advertido que el resultado de la votación decidiría el futuro del país económicamente devastado: “si se convierte en una Venezuela pacífica o en una Venezuela convulsionada, violenta y conflictiva. Paz o guerra”.
Y días antes, dijo que Venezuela corre el riesgo de un “baño de sangre” si pierde.
“De nuestra victoria el 28 de julio depende el destino de Venezuela en el siglo XXI. Si no quieren que Venezuela se convierta en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producida por los fascistas, garanticemos el mayor éxito, la mayor victoria electoral de nuestro pueblo”, dijo en un acto de campaña en Caracas.
Las instituciones leales a Maduro, de 61 años –en el poder desde 2013– han excluido de la carrera a la muy popular líder opositora María Corina Machado, por lo que ella y otros descartan como acusaciones falsas de corrupción.
Otros también fueron descalificados o se retiraron, y la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) eligió a Edmundo González Urrutia, de 74 años, un ex diplomático poco conocido, como candidato principal de último momento.
González Urrutia lleva una gran ventaja en las encuestas, pero los observadores temen que Maduro nunca le permita ganar.
Lula había cultivado estrechos vínculos con el predecesor y mentor de Maduro, Hugo Chávez.
Pero las relaciones entre los vecinos se rompieron durante el gobierno del predecesor de extrema derecha de Lula, Jair Bolsonaro.
La decisión de Lula de restablecer relaciones con el gobierno socialista de Maduro –acusado de violaciones de los derechos humanos y de pisotear la democracia– ha generado críticas de los opositores.
Lula dijo el lunes que había hablado dos veces con Maduro y “sabe que la única manera de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral respetado por todos”.
Lula dijo el lunes que su gobierno enviará a dos miembros del tribunal electoral de Brasil y a su propio asesor de asuntos exteriores, Celso Amorim, para observar las elecciones del domingo.