Libia repatrió el martes a 369 inmigrantes irregulares a sus países de origen, Nigeria y Mali, incluidos más de un centenar de mujeres y niños, indicó a la AFP un responsable.
Mohammed Baredaa, jefe de la organización del Ministerio del Interior libio encargada de detener la migración irregular, dijo que se realizaron dos vuelos de repatriación que transportaron a 204 nigerianos y 165 malienses.
Entre los inmigrantes irregulares nigerianos había nueve bebés, 18 menores y 108 mujeres, dijo Baredaa.
Dijo que los vuelos se realizaron “en coordinación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)”.
La agencia de la ONU proporciona vuelos de regreso gratuitos a los migrantes y ayuda a reintegrarlos en sus países de origen con su “programa de retorno humanitario voluntario”.
Pero algunos migrantes dijeron a la AFP el martes que estaban siendo deportados a la fuerza.
Las autoridades libias “llegaron de noche y derribaron la puerta”, dijo Hakim, un nigeriano de 59 años que vive en Libia desde hace 25 años y que se negó a dar su apellido.
Dijo que le confiscaron el pasaporte antes de detenerlo a él y a su esposa antes de su repatriación.
Libia aún está luchando por recuperarse de años de guerra y caos después del derrocamiento en 2011 del dictador Muamar Gadafi, respaldado por la OTAN.
Los contrabandistas y traficantes de personas se han aprovechado del clima de inestabilidad que domina el vasto país desde entonces.
Libia ha sido criticada por el trato a los migrantes y refugiados, con acusaciones de grupos de derechos humanos que van desde la extorsión hasta la esclavitud.
Situado a unos 300 kilómetros (186 millas) de Italia, es un punto de partida clave para migrantes, principalmente de países del África subsahariana, que se arriesgan a realizar peligrosas travesías por el mar Mediterráneo en busca de una vida mejor en Europa.
Pero ante los crecientes esfuerzos de Libia y la Unión Europea para frenar la migración irregular, muchos se han encontrado varados en Libia.
A principios de este mes, las autoridades libias dijeron que hasta cuatro de cada cinco extranjeros en el país del norte de África eran indocumentados.
“Es hora de resolver este problema”, dijo entonces el ministro del Interior, Imad Trabelsi, añadiendo que Libia había pasado de ser un “país de tránsito a un país de asentamiento”, algo que consideraba “inaceptable”.