JERUSALÉN (AP) — Una familia israelí-estadounidense que se convirtió en un ícono internacional en la lucha para liberar a los rehenes del cautiverio de Hamas en Gaza enterró el lunes a su hijo después de que, según se dice, éste fue asesinado por militantes cuando los soldados se acercaban al lugar donde estaba retenido.
Miles de personas acudieron a un cementerio de Jerusalén para presentar sus respetos a Hersh Goldberg-Polin, cuyo rostro se convirtió en uno de los símbolos más reconocibles de la crisis de los rehenes que dura casi un año.
Los dolientes se congregaron alrededor del coche cuando la familia del joven de 23 años salió de su casa en Jerusalén, y multitudes, muchas de ellas con banderas israelíes o vestidas con los colores del equipo de fútbol favorito de Goldberg-Polin, se alinearon en una importante vía de Jerusalén mientras el coche se dirigía al cementerio. Los dolientes depositaron coronas de flores al pie del ataúd y cantaron una oración.
Muchos en la multitud estallaron en sollozos cuando su madre, Rachel Goldberg-Polin, se despidió de su hijo y le dijo: «¡Por fin, por fin, por fin eres libre!».
Ella y su marido Jon compartieron historias de su hijo, que según ellos era divertido, curioso e incansable en la búsqueda de justicia. Dijeron que esperaban que su muerte pudiera ser al menos un punto de inflexión en las prolongadas negociaciones para un alto el fuego y la liberación de los rehenes.
“Te hemos fallado, todos te hemos fallado. Tú no te habrías fallado”, dijo Jon. “Tal vez tu muerte sea la piedra, el combustible, que traerá a casa a los otros 101 rehenes”.
«Lo sentimos, Hersh, lamentamos no haber podido traerte de vuelta con vida», dijo el presidente de Israel, Isaac Herzog, en un panegírico.
El ejército israelí anunció el domingo que los cuerpos de Goldberg-Polin y otros cinco rehenes fueron descubiertos en un túnel subterráneo en el sur de la Franja de Gaza.
Sus padres, Jon y Rachel, nacidos en Estados Unidos, se convirtieron en dos de los familiares de rehenes más destacados en el escenario internacional. Durante su desesperada lucha por liberar a su hijo, se reunieron con el presidente estadounidense Joe Biden, el papa Francisco y otros. También se dirigieron a las Naciones Unidas y a la Convención Nacional Demócrata, instando a la liberación de todos los rehenes.
El nativo de Berkeley, California, asistía a un festival de música cuando militantes liderados por Hamas irrumpieron en el sur de Israel, matando a unas 1.200 personas y tomando a otras 250 como rehenes.
Goldberg-Polin perdió parte de su brazo izquierdo por la explosión de una granada durante el ataque, que desencadenó una guerra devastadora que se ha prolongado durante casi 11 meses. En abril, un video difundido por Hamás, filmado bajo coacción, lo mostraba sin la mano izquierda, lo que desencadenó nuevas protestas en Israel que instaron al gobierno a hacer más para garantizar su libertad y la de otros.
Los expertos forenses israelíes afirman que los seis rehenes fueron asesinados por disparos a corta distancia el jueves o viernes, poco antes de que las tropas israelíes llegaran al túnel en el sur de Gaza donde se encontraban retenidos. Sus muertes provocaron protestas masivas en Israel, y muchos afirmaron que los rehenes podrían haber sido devueltos con vida si se hubiera alcanzado un acuerdo de alto el fuego.
Según se informa, estaba previsto que tres de los seis rehenes encontrados muertos, incluido Goldberg-Polin, fueran liberados en la primera fase de una propuesta de alto el fuego discutida en julio.
Desde entonces, las negociaciones no han logrado llegar a un acuerdo. Hamas acusa al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de dilatar las conversaciones al formular nuevas demandas, entre ellas el control permanente de Israel sobre dos corredores estratégicos en Gaza. Hamas ha exigido el fin de la guerra, la retirada completa de las fuerzas israelíes y la liberación de un gran número de prisioneros palestinos, incluidos militantes de alto perfil.
Netanyahu culpó a Hamas por la muerte de los seis y dijo que «quien asesina a rehenes no quiere un acuerdo».
Sus muertes alimentaron la furia y la frustración entre los israelíes, que realizaron protestas masivas en Jerusalén y Tel Aviv desde que se conoció la noticia.
Los manifestantes bloquearon la principal autopista de Tel Aviv al mediodía del lunes, y el mayor sindicato de Israel, Histadrut, realizó una huelga general para el lunes, la primera desde el ataque de Hamas del 7 de octubre, para presionar al gobierno a un acuerdo.
Jon y Rachel Goldberg-Polin se convirtieron en símbolos en Israel y en todo el mundo, haciendo campaña por la libertad de su hijo. El ritual diario de Rachel Goldberg-Polin, que consistía en llevar un trozo de cinta adhesiva con la inscripción del número de días que su hijo había estado preso, fue adoptado por otras familias de rehenes y simpatizantes en las protestas en todo Israel, a medida que el número de días aumentaba cada vez más.
El lunes, Rachel Goldberg-Polin dijo que los últimos 330 días habían sido “tal tormento que me cerró la garganta e hizo que mi alma ardiera con quemaduras de tercer grado”.
“Ya no tengo que preocuparme por ti, ya no estás en peligro”, dijo. “Luchaste por seguir con vida y ahora te has ido”.