ACUERDO CON EL FMI
Las cuestiones económicas dominaron la campaña de ocho semanas, con un enojo público generalizado por las dificultades padecidas desde el pico de la crisis hace dos años.
Dissanayaka «no romperá» el acuerdo con el FMI sino que buscará modificarlo, dijo a la AFP un miembro del politburó del partido.
«Es un documento vinculante, pero hay una cláusula para renegociar», afirmó Bimal Ratnayake.
Dijo que Dissanayaka se había comprometido a reducir los impuestos sobre la renta que fueron duplicados por Wickremesinghe y recortar los impuestos sobre las ventas de alimentos y medicinas.
«Creemos que podemos incluir esas reducciones en el programa y continuar con el programa de rescate de cuatro años», dijo.
El partido marxista de Dissanayaka, otrora marginal, lideró dos levantamientos fallidos en los años 1970 y 1980 que dejaron más de 80.000 muertos.
Obtuvo menos del 4 por ciento de los votos durante las últimas elecciones parlamentarias de 2020.
Pero la crisis de Sri Lanka ha demostrado ser una oportunidad para Dissanayaka, quien ha visto un aumento de apoyo basado en su promesa de cambiar la cultura política «corrupta» de la isla.
«Nuestro país necesita una nueva cultura política», dijo después de emitir su voto el sábado.
Alrededor del 76 por ciento de los 17,1 millones de votantes elegibles de Sri Lanka emitieron sus votos en las elecciones del sábado.
El partido de Dissanayaka intentó tranquilizar a la India afirmando que cualquier administración que él dirigiera no se vería atrapada en una rivalidad geopolítica entre su vecino del norte y China, el mayor prestamista del país.
Nueva Delhi ha expresado su preocupación por lo que considera una creciente influencia de Pekín en Sri Lanka, país que se encuentra en rutas marítimas vitales que cruzan el Océano Índico.
«El territorio de Sri Lanka no será utilizado contra ninguna otra nación», dijo Ratnayake a la AFP.
«Somos plenamente conscientes de la situación geopolítica en nuestra región, pero no participaremos».