El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso presentó la semana pasada una “fuerte protesta” ante la embajada japonesa en Moscú por los ejercicios Keen Sword 2024, que se llevarán a cabo del 23 de octubre al 1 de noviembre.
«La parte japonesa fue informada de la categórica inaceptabilidad de tales prácticas, que se están expandiendo en escala año tras año, incluida la participación de estados miembros no regionales de la OTAN», dijo el ministerio, según la agencia de noticias rusa TASS.
En respuesta, la embajada japonesa calificó la protesta de Moscú de “totalmente inaceptable”, reiterando su preocupación por el aumento de la actividad militar rusa cerca del norte de Japón.
La declaración de la embajada, emitida el viernes, también exigió que Rusia impida que se repita un incidente ocurrido el 23 de septiembre cuando un avión de patrulla militar ruso Il-38 entró tres veces en el espacio aéreo japonés, lo que llevó a Japón a enviar aviones de combate para interceptarlo.
«Esta última protesta de Rusia parece ser en gran medida una fórmula», dijo James Brown, profesor de relaciones internacionales especializado en asuntos rusos en el campus de Tokio de la Universidad de Temple.