Durante la llamada con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, Wang dijo que China estaba muy preocupada por las tensiones con Irán y que la reanudación del conflicto y la agitación en la región no redundaban en interés de ningún país.
«Se espera que todas las partes procedan con cautela para evitar que la situación caiga en un círculo vicioso», dijo Wang a Katz, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
Dijo que las voces de la comunidad internacional eran claras y llamaron a todas las partes a regresar al camino político de la “solución de dos Estados” lo antes posible y a alcanzar una “coexistencia armoniosa” de los pueblos judío y árabe.
«Esta es la manera correcta de lograr estabilidad y seguridad duradera para todas las partes, incluido Israel», añadió.
Más tarde, Katz publicó en X que durante la llamada había “aclarado que Irán es la fuente principal para socavar la estabilidad en el Medio Oriente”, y agregó que Teherán “constituye una amenaza” tanto directamente como a través de sus representantes como Hamás y Hezbolá.