jueves, octubre 31, 2024

Opinión | La presión combinada de China y Estados Unidos podría lograr que las partes en conflicto hablen de paz

de israel ataques aéreos contra Irán e incursiones militares al sur del Líbano contra el grupo militante islámico local Hezbolá son derrotas visibles de la diplomacia estadounidense encaminada a reducir las tensiones en Oriente Medio. China también se está involucrando, pero todavía no es una alternativa creíble a Estados Unidos como potencia mediadora en las crisis mundiales.
En llamadas telefónicas separadas con sus homólogos israelí e iraní, el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi pidió recientemente un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamas en Gaza e instó a todas las partes a trabajar por la paz y la estabilidad regionales. Al Asamblea General de las Naciones Unidas En Nueva York el mes pasado, Wang dijo sobre la guerra de Rusia en Ucrania que “China está comprometida a desempeñar un papel constructivo, participando en mediaciones y promoviendo conversaciones para la paz”.
China está ganando importancia en el escenario diplomático mundial. Sin embargo, si bien Estados Unidos está dispuesto a correr el riesgo de fracasar con sus acciones diplomáticas, Beijing no lo está. Los chinos, al parecer, están dispuestos a participar en procesos de paz y susurrar posibles soluciones –o, a lo sumo, facilitar las conversaciones– cuando en realidad, para desempeñar un papel indispensable, deberían estar ejercer presión sobre las partes en conflicto.

No fue pura casualidad que en un evento al margen de la Asamblea General de la ONU el 24 de septiembre, el Ministro de Relaciones Exteriores libanés Abdallah Bou Habib dijera que “Estados Unidos es el único país que realmente puede marcar una diferencia en Medio Oriente y con respecto al Líbano”.

El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, como una oportunidad para poner fin a la guerra en Gaza. El gobierno de Estados Unidos, con la ayuda de Qatar y Egipto, continúa negociando un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás después de un año de conflicto, y está tratando de reducir la escalada de la confrontación entre Israel y Hezbolá. Al parecer, la administración Biden ha logrado mitigar Las represalias anunciadas por Israel por los ataques con misiles balísticos de Irán.
Tanto Hamás como Hezbollah están aliados con Irán, el amigo de Chinaun hecho que debería dar a los diplomáticos chinos margen de maniobra. Por ahora, ese no parece ser el caso.

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