viernes, noviembre 1, 2024

Grupo armado en Bolivia toma puesto militar en el último estallido

La toma de posesión es el último capítulo del enfrentamiento entre el gobierno de Arce y los partidarios del expresidente Evo Morales.

Un grupo armado en Bolivia tomó un puesto militar en las afueras de la ciudad de Cochabamba mientras mantenía cautivos a algunos soldados, dijeron las fuerzas armadas en un comunicado, aumentando las tensiones en la ya inquieta nación andina.

Cochabamba, ubicada en el centro de Bolivia, es el hogar de muchos partidarios del ex presidente Evo Morales.

El enfrentamiento del viernes por el puesto militar, ubicado a unas 100 millas (160 kilómetros) al este de Cochabamba, marca la última escalada en la política cada vez más volátil y a menudo violenta de Bolivia.

El comunicado del ejército describió al grupo armado como “irregular”, señalando que también había tomado el control de armas de fuego y municiones, y destacó que tales acciones equivalían a traición.

Las autoridades instan al grupo a dispersarse «inmediata y pacíficamente»

Instó a los responsables de la toma de posesión a abandonar «inmediata y pacíficamente» las instalaciones.

“Las vidas de mis instructores y soldados están en peligro”, advirtió un oficial militar anónimo en una grabación difundida por los medios locales.

Imágenes televisadas mostraron una fila de militares uniformados con las manos a la espalda, posiblemente atados, rodeados por miembros del grupo armado.

Más temprano el viernes, algunos soldados estacionados en la zona, así como sus familias, huyeron de sus hogares, mientras las comisarías de policía cerraban para evitar nuevos enfrentamientos.

Después de que unidades policiales y militares intentaron eliminar un bloqueo de carretera clave que conecta Cochabamba con la ciudad de Oruro, algunos manifestantes tomaron represalias lanzándoles dinamita desde colinas cercanas. Luego, la policía les arrojó bombas lacrimógenas.

La toma del puesto militar se considera una respuesta a los esfuerzos de principios de esta semana por parte de las fuerzas de seguridad bajo el control del presidente Luis Arce para desalojar los bloqueos de carreteras organizados por partidarios de Morales desde mediados de octubre.

Los dos líderes de izquierda, ambos con raíces en el gobernante Partido Socialista de Bolivia, han pasado de ser aliados cercanos a rivales acérrimos en los últimos meses mientras compiten por una posición antes de las elecciones presidenciales del próximo año.

En un discurso a la nación el miércoles, Arce pidió el fin de los bloqueos, estimando que las interrupciones en rutas de transporte claves ya le han costado a la economía del empobrecido país sudamericano más de 1.700 millones de dólares.

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