Rusia ha acumulado un arsenal de al menos 120 misiles Kh-101/555 que, combinados con otras armas de misiles, son suficientes para varios ataques a gran escala.
Así lo informó Oleksandr Kovalenko, analista militar del grupo Resistencia a la Información, en un comentario según Ukrinform.
“Una curiosidad: en octubre no se registraron lanzamientos del misil 9M728 Iskander-K, mientras que el misil balístico 9M723 Iskander-M/KN-23 se utilizó regularmente. Sin embargo, el uso de estos misiles balísticos disminuyó respecto a septiembre. Una tendencia similar se observó con los misiles de crucero Kh-101/555 lanzados desde el aire y Kalibr lanzados desde el mar”, señaló Kovalenko.
Esta pausa en el uso de misiles, subrayó, no indica que Rusia haya agotado su arsenal de misiles; más bien, es una indicación de acumulación de existencias.
“La producción continúa y el enemigo está aumentando sus reservas de misiles. Por ejemplo, Rusia ha acumulado 120 misiles Kh-101/555, suficientes para múltiples ataques masivos. Rusia se está preparando para una nueva ola de ataques a la infraestructura energética de Ucrania. Pero por ahora, están utilizando drones Shahed más baratos y logran ataques ocasionales mediante una gran cantidad de drones y señuelos. Esto es económicamente más viable para ellos”, destacó el experto.
Kovalenko señaló que utilizar misiles costosos como el Kh-101/555 (con un precio de 13 millones de dólares cada uno) o Kalibrs (6,5 millones de dólares cada uno) es ineficiente cuando los mismos fondos podrían lanzar entre 30 y 70 drones kamikazes.
También destacó que una amenaza específica para las regiones del sur de Ucrania, particularmente Odesa y Mykolaiv, proviene de los misiles rusos P-800 Oniks. El último uso registrado de estos misiles por parte de las fuerzas rusas fue en noviembre de 2023. Dada la capacidad de producción de Rusia de 10 a 20 misiles por mes, se estima que Rusia ha acumulado ahora un arsenal de al menos 500 misiles Oniks, incluidas las reservas.
A principios de este año, los misiles P-800 Oniks se sometieron a un proceso de modernización, mejorando sus capacidades. La actualización incluyó cabezales de localización activos avanzados y otras mejoras.
Esta modernización plantea un desafío mayor para los sistemas de defensa de Ucrania, ya que estos misiles ahora tienen mayor precisión y mayor resistencia contra la guerra electrónica. Kovalenko enfatizó que interceptar los Oniks actualmente sólo es posible con sistemas avanzados de defensa aérea como el Patriot o SAMP/T. Esto presenta una preocupación crítica para Ucrania, especialmente teniendo en cuenta el creciente arsenal y capacidad de Rusia para realizar importantes ataques con misiles contra regiones estratégicas.
Como informó anteriormente Ukrinform, Kovalenko también destacó la reciente estrategia de Rusia de utilizar drones señuelo, como los modelos Herbera y Parody, para desviar las defensas aéreas de Ucrania de objetivos más importantes como los drones Shahed-136.