El mismo día en que el candidato republicano Donald Trump retomó la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la conflictiva coalición de gobierno de Alemania se desmoronó de una vez por todas.
Una disputa abierta sobre las futuras políticas económicas había dejado al descubierto cuán gravemente se habían deteriorado las relaciones entre los socios de la coalición, especialmente cuando se trataba del miembro más pequeño del acuerdo tripartito, el neoliberal Partido Democrático Libre (FDP).
El canciller Olaf Scholz, del centroizquierdista Partido Socialdemócrata (SPD), despidió al líder del FDP, Christian Lindner, de su cargo como ministro de Finanzas el miércoles por la noche, lo que desencadenó la crisis gubernamental. Propuso realizar una moción de censura en enero.
Dos de los tres ministros restantes del FDP en el gobierno federal decidieron seguir al líder de su partido y presentar sus dimisiones. Mientras tanto, el Ministro de Transporte, Volker Wissing, ha dicho que permanecerá en el cargo y, en cambio, renunciará al FDP.
Con esto, el acuerdo de coalición entre los socialdemócratas, los verdes y los liberales es oficialmente historia. Ahora está tomando forma una nueva hoja de ruta que indica cómo Alemania podría encontrar el camino de regreso a un gobierno estable.
Lo primero es lo primero: terminar los asuntos urgentes
En las próximas semanas, los dos socios restantes de la coalición, el SPD de Scholz y el Partido Verde ambientalista, planean continuar dirigiendo un gobierno minoritario y terminar asuntos pendientes. Scholz ha hablado de aprobar un paquete de pensiones, legislación dentro del marco de las nuevas leyes de asilo de la UE y un excelente paquete de ayuda para impulsar la tambaleante economía alemana.
Lo que no mencionó fue un presupuesto suplementario para el año en curso. Sin uno, el gobierno minoritario tiene mucho menos margen de maniobra.
No está claro cómo Scholz podría encontrar una mayoría en el Bundestag para aprobar su presupuesto. La canciller ya ha anunciado conversaciones previstas con Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de centroderecha. Merz también lidera el mayor grupo de oposición en el Bundestag, formado por la CDU y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU).
Sin embargo, a algunos legisladores de la oposición les gustaría ver elecciones anticipadas más temprano que tarde, y ciertamente no tan tarde como enero. Merz ha exigido que Scholz realice una moción de censura inmediata, como condición para su cooperación para impulsar las cuestiones pendientes y urgentes en el parlamento.
Paso 1: voto de censura
Scholz esperaba esperar hasta que el Bundestag volviera a reunirse en el nuevo año antes de realizar una moción de censura. El artículo 68 de la Constitución alemana, la Ley Fundamental, describe lo que sucedería a continuación: el canciller debe presentar una moción solicitando que los miembros del Bundestag declaren su apoyo a él o ella. La constitución de Alemania permite 48 horas de consultas antes de que el parlamento tome una decisión. Según el calendario de Scholz, esto significaría que la votación se celebraría el 15 de enero.
Si la mayoría del Bundestag no apoya al canciller, como la mayoría espera que suceda con Scholz, se allanaría el camino para unas elecciones anticipadas. Esta sería la sexta vez en la historia de Alemania que un canciller pide al Bundestag que le muestre su apoyo. Sólo en dos casos anteriores el canciller logró permanecer en el poder después de la votación.
Paso 2: Disolución del parlamento
En el caso de que sólo una minoría del Bundestag exprese su apoyo al canciller, éste deberá proponer al presidente federal, actualmente Frank-Walter Steinmeier, que disuelva el parlamento. Si el jefe de Estado tampoco ve perspectivas viables para un gobierno estable en las circunstancias actuales, tiene 21 días para disolver el parlamento y allanar el camino para una elección anticipada.
El jueves Steinmeier anunció que estaba dispuesto a hacer precisamente eso.
En este punto entra en juego el artículo 39 de la Ley Fundamental alemana, que establece que se deben celebrar nuevas elecciones dentro de los 60 días siguientes a la disolución del parlamento.
Paso 3: elección anticipada
Si los acontecimientos siguen el calendario preferido por Scholz, los alemanes elegirán un nuevo parlamento en marzo. Si Steinmeier destituyera al Bundestag el mismo día de la moción de censura, la última fecha posible para las elecciones sería el 16 de marzo.
Durante días, los corresponsales políticos en Berlín han estado especulando si las elecciones podrían celebrarse ya el 1 de marzo o el 9 de marzo. Si Merz se sale con la suya, los alemanes podrían ya acudir a las urnas en enero.
De cualquier manera, queda por delante un camino arduo. Los partidos esperaban celebrar elecciones generales programadas regularmente el 28 de septiembre de 2025. Ahora, tendrán que competir para nominar a sus principales candidatos y reunir listas de partidos estatales.
Esta será la primera elección celebrada tras la reciente reforma de la ley electoral, que restringirá el próximo Bundestag a 630 miembros, frente a 733.
Paso 4: Un nuevo gobierno
Las últimas encuestas sugieren que el próximo parlamento de Alemania tendrá una composición muy diferente, y no se espera que el recientemente destituido FDP obtenga el 5% de los votos necesarios para permanecer en el parlamento. La mayoría de los encuestadores prevén actualmente una gran coalición entre CDU/CSU y SPD.
Tras las elecciones de 2021, los partidos electos tardaron 71 días en formar un nuevo gobierno, y no sería sorprendente que el próximo gobierno también tardara semanas en llegar a un acuerdo.
Este artículo fue escrito originalmente en alemán.