Los miembros del Parlamento Europeo gozan de inmunidad parlamentaria, pero eso no significa que sean completamente invulnerables a los procedimientos judiciales.
Ciertos miembros del Parlamento Europeo han sido objeto de un escrutinio cada vez mayor en los últimos años por una serie de presuntas faltas de conducta.
Los investigadores húngaros están investigando las acusaciones de que la eurodiputada italiana Ilaria Salis atacó, por ejemplo, a activistas de derecha, mientras que varios eurodiputados y funcionarios parlamentarios están bajo el microscopio por su supuesta implicación en el escándalo de corrupción llamado Qatargate.
También abundan las acusaciones de que varios eurodiputados recibieron dinero en efectivo de una red respaldada por el Kremlin para difundir propaganda rusa en Europa como parte de la investigación Russiagate.
Sin embargo, antes de que se pueda iniciar cualquier procedimiento judicial contra los eurodiputados, las autoridades investigadoras deben superar el obstáculo de la inmunidad parlamentaria.
Gracias a este privilegio, los eurodiputados no pueden ser objeto de ningún tipo de investigación, detención o procedimiento judicial por las opiniones expresadas o los votos emitidos en su calidad de eurodiputados.
En teoría, la inmunidad parlamentaria ayuda a restringir cualquier uso no autorizado del poder por parte del poder judicial, mantiene la responsabilidad judicial y promueve la democracia.
En el caso de los eurodiputados, funciona tanto en su propio estado miembro, similar a la inmunidad otorgada a los miembros del parlamento nacional, como en otros países de la UE.
Sin embargo, esto no quiere decir que los eurodiputados sean completamente inmunes a cualquier tipo de proceso legal.
Según el Parlamento Europeo, un eurodiputado no puede reclamar inmunidad cuando es sorprendido en el acto de cometer un delito y, por supuesto, la inmunidad puede ser levantada.
¿Cómo funciona el proceso de exención de inmunidad?
Para levantar la inmunidad de un eurodiputado, una autoridad nacional debe presentar primero una solicitud al Parlamento Europeo.
El presidente del parlamento anuncia la solicitud al pleno y la remite a la Comisión de Asuntos Jurídicos (JURI).
Luego, la comisión investiga pidiendo cualquier información o explicación que considere necesaria, según el Parlamento Europeo. El eurodiputado en cuestión tendrá la oportunidad de ser oído y podrá presentar cualquier documento u otra prueba escrita.
No existe un cronograma predefinido para este proceso confidencial, ya que cada caso es individual y tiene sus propias características distintivas.
Tras la investigación, JURI hace una recomendación sobre si se aprueba o rechaza la solicitud de levantar la inmunidad del eurodiputado, que luego el Parlamento Europeo vota.
Posteriormente, el presidente informa sobre el resultado tanto al eurodiputado como a la autoridad que realizó la solicitud en primer lugar. Si se levanta la inmunidad del eurodiputado, se podrán iniciar procedimientos judiciales.
Incluso si se suspende la inmunidad, los eurodiputados seguirán manteniendo su escaño: el Parlamento Europeo subraya que retirar la inmunidad a alguien no constituye un veredicto de culpabilidad, pero permite a las autoridades nacionales seguir adelante con los procedimientos legales.
Si el eurodiputado es condenado posteriormente, corresponde a su Estado miembro decidir si se anula su mandato.