En la última edición de nuestro programa de entrevistas desde Bruselas, los participantes debatieron sobre la cumbre climática de Bakú, el posible regreso de los combustibles fósiles y la crisis del mercado de los coches eléctricos.
En la conferencia climática COP29 en Bakú, la frustración terminó. Los observadores y delegados se han sentido decepcionados por el lento ritmo del progreso. No hay claridad sobre el financiamiento climático o cómo los países vulnerables pueden acceder al financiamiento, por nombrar solo una cuestión. Y luego están los gigantes de los combustibles fósiles que proyectan una sombra sobre la cumbre. ¿El proceso de la COP ha seguido su curso?
Preguntas para el panel en nuestra última edición de nuestro programa de entrevistas desde Bruselas: Sam Williams, director de políticas de la UE en el Consejo de Innovación y Política Energética y Climática (EPICO), Suzana Carp, directora ejecutiva adjunta de Cleantech para Europa y Franziska Heckel, investigadora de políticas en Salvar el suelo.
Después de casi dos semanas de la COP29 en Bakú, no había nada del caos de Copenhague ni de las largas colas bajo un sol abrasador como en Dubai. Eso es todo por las buenas noticias.
Si bien las conversaciones sobre el clima de la ONU han logrado avances significativos durante la última década, el actual proceso de la COP parece incapaz de lograr cambios rápidamente u obligar a los países a actuar, dicen muchos expertos.
¿Ejemplo? El presidente del país anfitrión, Azerbaiyán, dijo en la conferencia que el gas natural era un “regalo de Dios” y que es perfectamente legítimo llevarlo al mercado. ¡Hasta aquí la ambición climática!
Mientras tanto, desde la COP28 del año pasado, las emisiones de gases causantes del calentamiento han vuelto a aumentar, casi un uno por ciento.
Sin embargo, los científicos dicen que estas emisiones deben reducirse en más de un 40 por ciento para finales de esta década para evitar un impacto realmente peligroso en la naturaleza. Quizás el proceso de la COP necesite una reforma seria…
El segundo tema fueron las crecientes dudas sobre el compromiso político con la transición verde. Las declaraciones de políticos de todo el mundo parecen sugerir que los informes sobre una muerte prematura de las fuentes de energía tradicionales fueron prematuros. Y con Donald Trump nuevamente al mando, todo el progreso de la administración Biden está a punto de desmoronarse. ¿Regresarán los combustibles fósiles? ¿Y qué significa eso para nosotros en Europa?
Finalmente, los participantes debatieron sobre la crisis del mercado automovilístico europeo, especialmente el sector de los vehículos eléctricos.
Hasta hace poco, los coches eléctricos se consideraban el futuro indiscutible del sector del transporte. Sin embargo, la industria automotriz ahora está plagada de preocupaciones crecientes sobre la caída de la demanda y el riesgo de que la incertidumbre política perturbe las condiciones del mercado y las cadenas de suministro.
Las últimas cifras muestran que las ventas de vehículos eléctricos están disminuyendo constantemente. Y los políticos conservadores cuestionan cada vez más la prohibición de la UE de vender automóviles con motor de combustión a partir de 2035.
Entre objetivos climáticos ambiciosos, resistencia política y expectativas en descenso: ¿cómo será el futuro del mercado automovilístico?