Los enviados mexicanos se apresuran a asegurar a las empresas chinas que seguirán siendo bienvenidas para invertir en México, mientras el país enfrenta una presión cada vez mayor para tomar medidas drásticas contra las fábricas financiadas por China.
Las empresas chinas en México deberían mantener la calma y “esperar” a ver qué sucede después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo, dijo el miércoles Santiago Toledo, consejero comercial de la embajada de México en China.
Si bien reconoce que el futuro de las relaciones comerciales de América del Norte sigue siendo incierto, Toledo enfatizó que cualquier empresa china que establezca una fábrica en México es tratada como un fabricante local según las leyes existentes.
“No importa si es de Japón, de Alemania, de China, se convierte en una empresa mexicana y pasa a ser parte de la cadena de suministro regional”, dijo Toledo, quien habló al margen de la Exposición Internacional de la Cadena de Suministro de China en Pekín.
La nación latinoamericana es una opción popular gracias a su proximidad a Estados Unidos y su participación en el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que garantiza que siempre que un cierto porcentaje del contenido se fabrique localmente en América del Norte, los productos pueden entrar al mercado estadounidense libre de impuestos.