En respuesta, Rusia lanzó un misil balístico contra la ciudad ucraniana de Dnipro en un bombardeo que, según los analistas, se ha intensificado a medida que Moscú y Kiev han tratado de tomar ventaja para futuras negociaciones.
La perspectiva de conversaciones ha aumentado desde que Donald Trump, que se jactó de poder poner fin a la guerra “en 24 horas”, ganó las elecciones presidenciales estadounidenses este mes y se prepara para regresar a la Casa Blanca.
Para China, las implicaciones de una resolución del conflicto podrían ser de amplio alcance.
A lo largo de la guerra, China ha reclamado neutralidad y ha tratado de desempeñar el papel de pacificador, incluso cuando ha construido fuertes vínculos y se ha mantenido en comunicación regular con Rusia, afectada por las sanciones y diplomáticamente aislada.
Esa conexión China-Rusia ha tensado los vínculos de Beijing con Bruselas, uno de sus principales socios comerciales.