Human Rights Watch condenó las atrocidades cometidas por el ejército de Mali, el Grupo Wagner y los militantes islamistas desde que las fuerzas de paz de la ONU se retiraron en diciembre pasado. La junta gobernante forzó la salida de la MINUSMA, dejando a Malí lidiando con la violencia yihadista y separatista. La misión contaba con 15.000 efectivos que salvaguardaban a los civiles y los derechos humanos en la nación de África occidental afectada por la crisis.
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