El presidente ruso, Vladimir Putin, ha pedido medidas urgentes para apoyar a las empresas carboníferas del país, que enfrentan pérdidas multimillonarias y corren el riesgo de quiebras masivas, informó The Moscow Times el 12 de diciembre.
La industria del carbón de Rusia se ha visto gravemente impactado por la pérdida de los mercados occidentales y la disminución de la demanda en las naciones «amigas». Las empresas de carbón informaron de una pérdida combinada de 91.000 millones de rublos (873 millones de dólares) en los primeros nueve meses de 2024.
El Ministro de Energía de Rusia, Sergey Tsivilev, anunció que se desarrollaría «lo antes posible» un paquete de asistencia para los mineros del carbón.
Tsivilev también destacó la necesidad de un programa de desarrollo socioeconómico para Kuzbass, la principal región productora de carbón de Rusia, que representa el 60% de la hulla del país y el 80% de su producción de carbón coquizable.
Las exportaciones de carbón de Rusia cayeron un 11,4% a 112,6 millones de toneladas métricas de enero a julio, mientras que los envíos a China, su principal cliente de carbón después de las sanciones occidentales, cayeron un 8% en el primer semestre de 2024.
Mientras tanto, la administración Biden está considerando nuevas sanciones petroleras más duras contra Rusia antes de la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Los ingresos del petróleo siguen siendo una fuente de financiación fundamental para el esfuerzo bélico de Rusia en Ucrania.
Los desafíos económicos de Rusia van más allá del carbón y el petróleo. Las sanciones también han perturbado las operaciones en la mina de zinc Ozernoye, dejando a la empresa incapaz de reemplazar equipos clave. Se espera que esto afecte las previsiones de suministro mundial de zinc para 2025.