Los rebeldes del M23, respaldados por Ruanda, se acercaron el viernes a una ciudad clave en el este de la República Democrática del Congo, capturando una zona cercana, dijeron fuentes a la AFP.
El Movimiento 23 de Marzo (M23), una milicia apoyada por la vecina Ruanda y su ejército, se ha apoderado de amplias zonas del territorio oriental de la República Democrática del Congo desde 2021, desplazando a miles de personas y desencadenando una crisis humanitaria.
Las conversaciones mediadas por Angola entre el presidente de la República Democrática del Congo, Felix Tshisekedi, y su homólogo ruandés, Paul Kagame, fueron abruptamente canceladas a mediados de diciembre por desacuerdos sobre los términos de un acuerdo de paz propuesto.
Fuentes dijeron a la AFP el viernes que el M23 había tomado el control de la zona de Katale, el último lugar por el que deben pasar los rebeldes antes de entrar en Masisi, la capital administrativa del territorio de Masisi.
«Hemos sido atacados por los rebeldes… el enemigo controla Katale», dijo a la AFP una fuente de seguridad que pidió el anonimato.
«Confirmamos la captura de Katale por los rebeldes del M23, por el momento la población ha huido hacia el centro de Masisi», dijo a la AFP Thierry Muhindo, jefe de una localidad que comprende Katale.
Telesphore Mitondeke, presidente de la sociedad civil de Masisi, dijo a la AFP que se habían registrado varias muertes entre la población en los enfrentamientos en la zona, aunque por el momento no hay cifras disponibles.
«Es necesario señalar los graves daños humanos… es repugnante», afirmó.
Masisi se encuentra a unos 80 kilómetros (50 millas) al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte.
A finales de diciembre, los rebeldes continuaban su última ofensiva, lanzada justo antes de una cumbre prevista en la capital angoleña que supuestamente devolvería la paz a la región.
Las fuerzas del M23 estaban sólo a unos 50 kilómetros (31 millas) de la ciudad de Lubero y a unos 100 kilómetros del importante centro comercial de Butembo.
Durante 30 años, el este de la República Democrática del Congo, rico en minerales, ha sufrido los estragos de los combates entre grupos armados locales y extranjeros, que se remontan a las guerras regionales de los años noventa.