El primer ministro eslovaco, Robert Fico, propuso al presidente Volodymyr Zelensky una reunión para discutir la interrupción del tránsito de gas ruso a través de Ucrania en su discurso en video del 13 de enero en Facebook.
Un día antes, Zelensky reaccionó a las amenazas de Fico de limitar la ayuda a los ucranianos y cortar el suministro eléctrico debido a la terminación del tránsito de gas ruso a través de Ucrania hacia Europa. Zelensky dijo que Ucrania había ofrecido a Eslovaquia ayuda para el período de adaptación, pero «Fico se negó arrogantemente».
En respuesta a la declaración de Zelensky, Fico dijo que no respondería para evitar «una mayor escalada de tensiones». Fico afirmó que quería centrarse en «resolver la situación con el cierre del tránsito de gas».
El primer ministro eslovaco Dijo que le gustaría celebrar una reunión con Zelensky en Eslovaquia, cerca de la frontera con Ucrania, «lo antes posible».
Fico consideró que esta medida establecería «condiciones favorables» para discutir el suministro de gas a Eslovaquia y otros países a través de Ucrania y posibles «soluciones técnicas», considerando la rescisión del contrato entre Ucrania y Rusia el 31 de diciembre de 2024.
Fico también estimó las supuestas pérdidas de Eslovaquia por la interrupción del suministro de gas ruso a través de Ucrania en 500 millones de euros (510 millones de dólares) por año.
Fico y su homólogo húngaro, Viktor Orban, se encuentran entre algunos de los opositores más acérrimos a la decisión de Ucrania de detener el tránsito de gas ruso. A pesar de la invasión rusa de Ucrania, Orban y Fico han seguido manteniendo vínculos amistosos con el presidente ruso Vladimir Putin, reuniéndose con él y promoviendo narrativas prorrusas en Europa.
Fico amenazó previamente con cortar el suministro de electricidad a Ucrania en medio de crecientes apagones debido a los ataques rusos contra la infraestructura energética de Ucrania.
Si bien la UE se ha esforzado por reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos tras la invasión a gran escala de Ucrania, muchos países, incluidos Eslovaquia y Hungría, siguen dependiendo del gas ruso.