¿Puede Siria mantener sus promesas? Desde la caída de Assad en diciembre pasado, los nuevos gobernantes de Damasco han convocado una conferencia de diálogo nacional de un día. En el papel, los resultados suenan prometedores: justicia de transición, democracia inclusiva y el desarme de las numerosas milicias del país a favor de un ejército nacional unificado. En la práctica, es mucho más complicado. Los kurdos sirios respaldados por Estados Unidos en el norte se sienten excluidos y no tienen intención de entregar sus armas mientras continúan luchando contra los restos de ISIS y las milicias respaldadas por Turquía. Integrarlos, al tiempo que crea confianza con las facciones lideradas por islamistas que trajeron a Ahmed al-Shaara al poder, no sucederá de la noche a la mañana. Exploraremos cómo se puede lograr esto, y cuán lejos está dispuesto a Occidente ahora que la UE ha levantado las sanciones. Con los ataques aéreos en curso de Israel y sus demandas para que el ejército de Siria se retiren de las alturas de Golan, ¿cómo puede la comunidad internacional apoyar la estabilidad y la paz duraderas en un país que lo busca desesperadamente?
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