«Alfombra roja»
El ministro de Economía de Malasia, Rafizi Ramli, dijo que la colaboración permitiría a Malasia y ARM «construir una cadena de suministro completa en industrias avanzadas como servidores de datos de IA (inteligencia artificial), vehículos autónomos, IoT (Internet de las cosas), robótica y otros».
Dijo que alrededor de 10,000 ingenieros de semiconductores locales serían entrenados bajo el acuerdo.
Dedi Iskandar, director regional de Asia Pacífico en Datacenterhawk, dijo que el acuerdo haría que Malasia «como uno de los países de élite en Asia Pacífico que posee capacidades avanzadas de diseño de chips de IA distintos de Taiwán y Singapur».
«Malasia está colocando la alfombra roja y mostrando al mundo que son serios en esta guerra tecnológica», dijo a la AFP.
Las tensiones entre Washington y Beijing sobre tecnología avanzada, especialmente semiconductores, en los últimos años han obligado a muchas empresas a buscar reubicar su fabricación de China a otros países, incluidos Malasia, Vietnam e India.
«Este acuerdo crea un equilibrio para la región, ya que Taiwán siempre es un pulgar dolorido entre China y la guerra tecnológica de los EE. UU., Y Malasia son amigos para ambos», agregó Dedi.
Un jugador destacado en la industria durante décadas, Malasia representa aproximadamente el 13 por ciento de la fabricación global de back-end, según la firma de tecnología alemana Bosch.
La isla norteña de Malasia de Penang, hogar de varias instalaciones, a menudo se denomina el valle de Silicon del país.
Y en abril de 2024, Anwar anunció planes para construir un parque de diseño masivo de semiconductores, un esfuerzo por mover a Malasia más allá de la producción de chips.