Los activistas ambientales protestaron frente a las oficinas gubernamentales en Belgrado el sábado para tratar de detener la extracción de litio en el oeste de Serbia.
La semana pasada, el gigante minero Rio Tinto sufrió un revés en sus planes para extraer el metal, un componente vital en los autos eléctricos, computadoras portátiles y baterías de teléfonos.
El ayuntamiento de Loznica votó a favor de suspender un plan de desarrollo que incluía el proyecto minero después de las protestas de los ambientalistas de todo el país.
Durante tres fines de semana consecutivos, miles de manifestantes en Belgrado y otras ciudades del país bloquearon carreteras y puentes principales para oponerse a los planes de Rio Tinto en el período previo a la votación.
Los mítines fueron vistos como el mayor desafío hasta ahora para el presidente serbio, Aleksandar Vučić.
Respondió diciendo que se necesita más transparencia sobre las operaciones de Rio Tinto, al tiempo que pidió al parlamento que reconsidere dos cambios recientes a la ley que habrían facilitado que Rio Tinto comenzara sus operaciones cerca de Loznica.
Los manifestantes dicen que cualquier extracción de litio podría infligir un daño ecológico duradero a los ríos y las tierras agrícolas de la región.
Grupos ambientalistas como Amigos de la Tierra dicen que la extracción de litio puede dañar el suelo y causar contaminación del aire.
Dicen que también requiere mucha agua, alrededor de 500.000 galones por tonelada de litio, lo que es dañino en países que también sufren escasez de agua, como Perú.
En un comunicado de prensa del 16 de noviembre, la compañía dijo que el proyecto «tiene el potencial (…) de posicionar a Rio Tinto como la mayor fuente de suministro de litio en Europa durante al menos los próximos 15 años».