Este jueves, la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó el proyecto de ley denominado Puerto Rico Status Act en una votación de 233 a 219, en la que 16 legisladores republicanos se unieron a los demócratas en su apoyo.
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El proyecto de ley plantea tres escenarios para el referéndum vinculante sobre si Puerto Rico quiere la estadidad de EE. UU., la soberanía con asociación formal con EE. UU. o la plena autonomía.
La medida fue bien recibida por el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, quien dijo: «Ahora vamos a pasar esta batalla al Senado de los Estados Unidos». Pierluisi dijo que la decisión de la legislatura hace que el proceso de referéndum sea vinculante, lo que significa que obliga al poder político estadounidense a respetar y ejecutar la opción ganadora.
El patrocinador original del proyecto de ley, el representante demócrata Raúl Grijalva, lo consideró «un precedente histórico importante», si se aprueba en el Senado. Según Grijalva, la legislación otorga legalidad a la elección del pueblo de Puerto Rico, así como a sus resultados.
El proyecto de ley para el voto de Puerto Rico sobre la estadidad o la independencia se dirige al Senado, donde necesita 60 votos.
Es probable que el Partido Republicano lo bloquee.
Puerto Rico fue colonizado por EE. UU. en 1898. Ha votado antes sobre su estatus político, pero este referéndum propuesto sería vinculante. pic.twitter.com/DIDwRAhG18
— AJ+ (@ajplus)
15 de diciembre de 2022
La isla caribeña ha estado bajo jurisdicción estadounidense como territorio no incorporado desde 1989. Los residentes de Puerto Rico son ciudadanos estadounidenses, pero no tienen representación electoral en el Congreso y no pueden votar en las elecciones presidenciales.
Los senadores estadounidenses están enfrascados en una lucha para aprobar dos importantes proyectos de ley para financiar al ejército y al gobierno en general. Con las vacaciones del receso del Congreso a la vista, hay pocas posibilidades de que el proyecto de ley sea aprobado por el Senado.
Los republicanos se opusieron al proyecto de ley con el argumento de que no ofrecía la opción de mantener el statu quo y lo llamaron una distracción.