domingo, diciembre 15, 2024

Castillo avanza para disolver el Congreso peruano, lo destituyen

El presidente peruano, Pedro Castillo, disolvió el Congreso de la Nación el miércoles y convocó a nuevas elecciones legislativas, pero el Congreso rechazó el decreto y votó para reemplazarlo con el vicepresidente.

Castillo había tratado de vencer a los legisladores mientras se preparaban para debatir un tercer intento de destituirlo de su cargo. La Defensoría del Pueblo lo calificó de “golpe de Estado”.

Luego, los legisladores votaron 101-6 con 10 abstenciones para destituir a Castillo de su cargo por razones de “incapacidad moral permanente”.

En una declaración televisada el miércoles, Castillo había anunciado un “gobierno de excepción”, lo que le permitiría usar poderes de emergencia para convocar nuevas elecciones. Castillo calificó la medida como un intento de “restablecer el estado de derecho y la democracia” en Perú.

El presidente de la Corte Constitucional de Perú denunció la decisión de Castillo como un “golpe de Estado”, y miembros de la oposición de derecha apelaron a las fuerzas armadas para “restaurar el orden constitucional”. En Twitter, la vicepresidenta peruana Dina Boluarte lo calificó como una “ruptura del orden constitucional”.

El canciller César Landa renunció en protesta.

“He decidido renunciar irrevocablemente al cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, ante la decisión del presidente Castillo de cerrar el Congreso”, dijo Landa, acusando al mandatario de “violar la Constitución”.

Estados Unidos se hizo eco de las críticas a la medida de Castillo, y la embajadora de Estados Unidos en Perú, Lisa Kenna, escribió en Twitter: “Estados Unidos rechaza categóricamente cualquier acto extraconstitucional del presidente Castillo para evitar que el Congreso cumpla con su mandato”.

“Estados Unidos insta encarecidamente al presidente Castillo a revertir su intento de cerrar el Congreso y permitir que las instituciones democráticas de Perú funcionen de acuerdo con la Constitución. Alentamos al público peruano a mantener la calma durante este tiempo incierto”, dijo.

El poder presidencial de disolver el Congreso peruano es controvertido y rara vez se ejerce. En 2019, en medio de su propio mandato conflictivo, el entonces presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso, lo que provocó su propia suspensión. Más tarde fue acusado.

Y en 1992, Alberto Fujimori, una figura polarizadora encarcelada por violaciones de derechos humanos, también usó sus poderes presidenciales para disolver la legislatura y suspender la constitución del país.

En su discurso, Castillo mencionó que un nuevo Congreso tendría la capacidad de redactar una nueva Constitución, una de sus principales promesas de campaña durante las elecciones presidenciales de 2021.

Originario del pueblo rural de San Luis de Puña en el noroeste de Perú, Castillo surgió como un candidato de caballo oscuro en el ciclo electoral, en representación del partido político marxista Perú Libre.

Castillo, exorganizador sindical y maestro de escuela primaria, hizo campaña sobre temas populistas, con consignas que incluían «Solo el pueblo salvará al pueblo» y «No más pobres en un país rico».

Pero desde el principio, la presidencia de Castillo ha enfrentado acusaciones de corrupción y mala conducta. Superó por poco a su rival de derecha Keiko Fujimori en una segunda vuelta electoral por poco más de 40.000 votos, lo que la llevó a denunciar las elecciones por fraude. Esas afirmaciones siguen sin fundamento.

Casi cinco meses después de asumir el cargo, Castillo enfrentó su primer intento de juicio político en diciembre de 2021, seguido de un segundo intento de juicio político en marzo de 2022.

Ambos esfuerzos de juicio político no lograron la mayoría de dos tercios en el Congreso necesaria para tener éxito.

El último intento de acusar a Castillo se produce después de que los fiscales peruanos presentaran una demanda constitucional contra el presidente en octubre, el intento más agresivo hasta el momento contra el presidente. La denuncia se produjo horas después de que cinco de los aliados de Castillo fueran detenidos por acusaciones de corrupción.

“Hemos encontrado indicios muy serios de una organización criminal que se ha arraigado en el gobierno”, dijo la procuradora general Patricia Benavides.

Con seis acusaciones de corrupción frente al presidente, los manifestantes salieron a las calles el mes pasado, exigiendo la destitución de Castillo. Se tuvo que usar gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes en la capital del país, Lima.

Castillo ha negado las acusaciones y calificó la demanda constitucional como un “golpe de Estado”. Pero aunque el presidente de Perú goza de inmunidad frente a cargos penales, la demanda constitucional abrió la puerta para que el Congreso celebrara su propio juicio para sopesar las acusaciones.

El 1 de diciembre, la legislatura de 130 miembros decidió hacerlo, con 73 miembros, en su mayoría de partidos de derecha, votando para iniciar los procedimientos de juicio político.

Además de la “incapacidad moral”, Castillo enfrenta acusaciones de incompetencia. En poco más de un año y medio en el cargo, Castillo ha designado cinco gabinetes y un estimado de 80 ministros.

Los eventos del miércoles continúan una tendencia de inestabilidad en el gobierno de Perú, que ha visto a siete presidentes y cuatro exlíderes detenidos o buscados por cargos de corrupción desde 2011. El valor del dólar peruano cayó tras el anuncio de Castillo de disolver el Congreso.

Castillo prometió públicamente permanecer en el cargo y cumplir su mandato completo de cinco años, programado para finalizar en 2026.



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