«EL TIEMPO PASA»
Y en la popular plataforma Weibo, los usuarios que gravitaron hacia la antigua cuenta de Li Wenliang, el médico denunciante que fue investigado por la policía por difundir información temprana sobre el virus, no hicieron referencia directa al aniversario.
«Dr. Li, ha pasado otro año», decía un comentario el sábado. «Qué rápido pasa el tiempo.»
También hubo poca conmemoración en línea en Hong Kong, donde Beijing apagó en gran medida las voces de la oposición cuando impuso una amplia ley de seguridad nacional en la ciudad semiautónoma en 2020.
A diferencia de otros países, China no ha construido grandes monumentos a quienes perdieron la vida durante la pandemia.
Poco se sabe sobre la identidad de la primera víctima de COVID-19, excepto que era un visitante frecuente de un mercado de mariscos de Wuhan donde se cree que el virus circuló durante el brote inicial.
A los pocos días de su muerte, otros países informaron de sus primeros casos de la enfermedad, lo que demuestra que los esfuerzos oficiales para contener su propagación habían fracasado.
Posteriormente, los gobiernos occidentales criticaron a China por supuestamente encubrir la transmisión temprana del virus y borrar la evidencia de sus orígenes, aunque Beijing ha sostenido con vehemencia que actuó con decisión y con total transparencia.
Según la Organización Mundial de la Salud, China ha informado oficialmente casi 100 millones de casos de COVID-19 y 122.000 muertes hasta la fecha, aunque es probable que nunca se conozca la cifra real.
En 2023, Beijing declaró una «victoria decisiva» sobre la COVID-19 y calificó su respuesta como un «milagro en la historia de la humanidad».