Los científicos han propuesto un método controvertido para combatir el cambio climático: rellenar una franja gigante del Océano Pacífico con hierro.
La técnica, llamada fertilización con hierro oceánico (OIF), vierte una forma de polvo de hierro sobre la superficie del mar para estimular el crecimiento de una pequeña planta marina llamada fitoplancton, que consume dióxido de carbono y atrapa el gas en el océano.
Los modelos informáticos mostraron que al liberar hasta dos millones de toneladas de hierro en el mar cada año, el esfuerzo eliminaría casi 50 mil millones de toneladas de dióxido de carbono para el año 2100.
Los investigadores planean liberar el hierro en 3.800 millas cuadradas al noreste del Pacífico para 2026.
El hierro puede ayudar al fitoplancton a prosperar, lo que absorberá el dióxido de carbono del océano, evitando que entre en la atmósfera de la Tierra.
Un equipo de científicos de la organización sin fines de lucro Exploring Ocean Iron Solutions (ExOIS) está explorando la posibilidad de esparcir sulfato de hierro en áreas donde el nutriente es escaso.
Esto incluye el Océano Pacífico nororiental, que se extiende desde la costa occidental de América del Norte y del Sur hasta la costa oriental de Asia y hacia arriba hasta el Ártico.
Al distribuir hierro en estas áreas, los científicos pueden estimular el crecimiento del fitoplancton, manteniendo el dióxido de carbono fuera de la atmósfera durante los próximos años.
Es fundamental eliminar el CO2 del océano, lo que puede ayudar a mitigar el cambio climático al reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera.
Cada año se liberan a la atmósfera alrededor de 40 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, de los cuales el océano absorbe aproximadamente el 30 por ciento.
Los investigadores esperan que al distribuir sulfato de hierro en el océano, ayudarán al mundo a limitar el calentamiento global a 2,7 grados Fahrenheit.
Sin embargo, los críticos han advertido que el hierro podría agotar los nutrientes de la vida marina, matando parte de la cadena alimentaria del océano.
Pero el plan sigue adelante y el cronograma está a solo dos años de distancia.
Los científicos ahora están trabajando en una forma para convertir el hierro en un polvo que pueda disolverse fácilmente en agua y dispersarse en zonas específicas del océano.
A medida que el hierro se disuelve, actúa como estimulante para el fitoplancton, ayudándolo a crecer rápidamente, a veces en cuestión de días.
El nutriente aumenta la fotosíntesis de la pequeña planta (el proceso de utilizar la luz solar para convertir el dióxido de carbono y el agua en energía) hasta 30 veces su producción normal.
Los científicos han reintroducido la idea de distribuir hierro en el mar para combatir el cambio climático
Cuando el fitoplancton muere, el CO2 que absorbió también se hundirá hasta el fondo del mar, impidiendo así que escape a la atmósfera.
Se llevaron a cabo docenas de experimentos en las décadas de 1990 y 2000, incluido un experimento realizado en el noreste del Pacífico en 2006 que logró que el fitoplancton floreciera.
A pesar de su éxito, algunos investigadores han expresado su preocupación de que el OIF podría afectar negativamente partes del ecosistema del océano.
«Lo más probable es que [iron fertilization] «Esto afectará algo que todavía no entendemos realmente», dijo a la BBC la experta en aguas profundas Lisa Levin, que no participó en el programa ExOIS. Científico americano.
Los científicos temen que la OIF pueda crear «zonas muertas» que permitan que las floraciones de algas crezcan y consuman todo el oxígeno del agua, matando a todos los demás seres vivos.
Sin embargo, antes de que los investigadores puedan comenzar con sus esfuerzos, tienen que recaudar 160 millones de dólares para financiar el programa, pero hasta ahora sólo han recibido una subvención de 2 millones de dólares de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
También necesitan solicitar la aprobación de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para realizar ensayos después de que en 2013 se implementara una prohibición internacional a la fertilización con hierro de los océanos con fines comerciales.
La prohibición no se aplica a la OIF con fines de investigación, siempre que se realicen bajo un estricto control y no dañen el medio ambiente.