Preparándose para el futuro posterior al conflicto de Myanmar
Según las Naciones Unidas, se estima que 20 millones de personas, más de un tercio de la población de Myanmar, necesitan ayuda humanitaria. Los esfuerzos de ayuda de la ASEAN a Myanmar se canalizan a través del Centro de Coordinación de la ASEAN sobre asistencia humanitaria en la gestión de desastres (Centro AHA).
Sin embargo, la efectividad del Centro AHA está limitado por su naturaleza intergubernamental del trabajo y la experiencia limitada con crisis humanitarias impulsadas por políticamente. En 2023, un El convoy de la ayuda de la ASEAN fue atacado en el estado de Southern Shan de Myanmar, destacando los riesgos de seguridad.
Algunos miembros de la ASEAN han comenzado a trabajar en torno a esas limitaciones. Tailandia, por ejemplo, inició un corredor humanitario transfronterizo el año pasado para entregar ayuda directamente a Myanmar. Pero a medida que la crisis persiste, las consecuencias humanitarias ya no se limitan dentro de las fronteras de Myanmar. Un número creciente de personas huye de conflictos y reclutados forzados, buscando una mejor educación y oportunidades de medios de vida en los países vecinos. La tensión en los recursos regionales se ha vuelto más urgente con los recientes recortes de fondos a los programas y actividades respaldados por USAID.
La situación requiere que las sillas ASEAN entrantes, que comienzan con Malasia en 2025, consideren formas más innovadoras para que la asistencia humanitaria llegue a todas las comunidades afectadas en Myanmar, incluidas las desplazadas a lo largo de sus fronteras con Bangladesh e India. La crisis rohingya, que ha estado en la agenda de la ASEAN desde 2017, sigue sin resolverse, y los esfuerzos de repatriación parecen aún más inciertos en medio del conflicto.
Los expertos han enfatizado la necesidad de comenzar a trabajar y empoderar a los esfuerzos y redes dirigidos localmente, en lugar de esperar a que la violencia termine. Al mismo tiempo, el nuevo perfil de los migrantes de Myanmar en los países vecinos requiere tener en cuenta cómo sus habilidades y experiencia colectivas pueden beneficiar a la economía y la sociedad de un país anfitrión.
La construcción de capacidad y la capacitación en liderazgo pueden sonar intuitivos o incluso triviales. Aun así, las iniciativas para preparar a la gente de Myanmar para dar forma al futuro que imaginan deben tener en cuenta el surgimiento de nuevos actores de gobierno y administrativos en medio de conflictos en áreas que están disputando o liberadas del control de SAC.
Los futuros responsables políticos de Myanmar deben repensar cómo perseguirán los sistemas de gobierno, judicial y legal en un sistema federal en funcionamiento, así como en los muchos sectores, especialmente la salud y la educación, que requieren una fuerza laboral calificada y competente.