Era una pieza de teatro político que resultaba inquietantemente familiar. IndonesiaEl recién instalado vicepresidente de Japón, Gibran Rakabuming Raka, llegó al barrio de Kampung Melayu, afectado por las inundaciones, el 28 de noviembre, dispuesto a ofrecer ayuda a las víctimas.
Pero los paquetes de alimentos que entregó (paquetes de arroz, té, azúcar y aceite de cocina) incluían algo más que sustento. Estampada en las bolsas había una etiqueta llamativa: wapres bantúes Gibran (Ayuda del vicepresidente Gibran).
La reacción fue rápida. Las redes sociales se iluminaron con acusaciones de que el gesto de Gibran tenía menos que ver con alivio y más con pulir su imagen personal, una acusación que recuerda a la de su padre, el expresidente. Joko Widodocuyo nombre se convirtió en sinónimo de este estilo de construcción de imagen populista mientras estuvo en el cargo.
“Esto es como su padre”, escribió un usuario en X. “Nuestra deuda se llama deuda nacional. Pero cuando se trata de asistencia social, se llama ‘asistencia presidencial’… ¿Por qué está escrito su nombre en ella?
La profesora de derecho laboral Nabiyla Risfa Izzati, radicada en Yogyakarta, fue aún más tajante. «Gibran realmente utilizó el libro de texto de su padre desde el primer día que asumió el cargo», escribió en X, citando la línea directa de denuncias que ha puesto en marchaasí como su costumbre de volar en clase económica y, ahora, donar asistencia social de marca. «Herrada. Herrada. Marca”, añadió.
Para muchos indonesios, el término blusa –una firma de la presidencia de Widodo– se ha convertido en una abreviatura de un estilo de liderazgo que es a la vez práctico y altamente performativo. Es el arte de la visita improvisada: campos de arroz, mercados tradicionales y zonas inundables, lugares que los políticos suelen evitar pero donde abundan las oportunidades para tomar fotografías.