lunes, diciembre 16, 2024

Conozca a Charles Tan, el magnate de la industria de la construcción en Singapur que una vez durmió en su automóvil durante semanas

Al mismo tiempo, la estructura tuvo que adaptarse al código. Por ejemplo, los parapetos existentes no cumplían con las normas de altura actuales; Para evitar esto, se agregaron barandillas. «Necesitábamos asegurarnos de no comprometer los estándares de seguridad y, al mismo tiempo, asegurarnos de que el nuevo edificio conservara su encanto, sabor y sabor».

NO DESPERDICIES, NO QUIERAS

Las preocupaciones de Tan sobre la sostenibilidad surgen de haber sido testigo de primera mano del despilfarro. Los residuos de construcción y demolición (RCD) representan alrededor del 30 por ciento de los residuos producidos a nivel mundial, aunque En Singapur, el sector de la construcción recicla el 99 por ciento de los RCD.. Dado que los criterios ESG son ahora un objetivo principal para muchas corporaciones y la reducción de costos es una prioridad clave para Tan, se propuso el desafío de impulsar un cambio de mentalidad dentro de la organización.

Cuando la empresa se mudó a su actual sede de ocho pisos y 30 millones de dólares singapurenses en Sungei Kadut en 2015 (donde tuvo lugar esta entrevista y sesión de fotos), Tan y el resto de la alta dirección decidieron utilizar materiales de construcción y muebles desechados para acondicionar los espacios. . En un recorrido por las instalaciones, Tan señaló los acabados de techos, paredes y pisos que alguna vez adornaron bancos y centros comerciales. Los muebles sobrantes a menudo se regalan al personal como sorteos. La tecnología AR y los modelos 3D se utilizan para crear maquetas de productos para los clientes, ahorrando tiempo y costos.

El padre de Tan, Tan Teng Huat, fundó Sunray en 1987. Desde su base en el Parque Industrial Ang Mo Kio II y más tarde en Bukit Batok, la empresa comenzó realizando pequeños trabajos de carpintería y ebanistería. En diciembre de 1999, un gran incendio redujo a cenizas la fábrica de Bukit Batok, pero afortunadamente la empresa pudo recuperarse.

“En la generación de mis padres, todos eran familiares y amigos que ayudaban en el negocio. No queríamos que perdieran sus trabajos (y tampoco era un buen momento para encontrar trabajo), así que decidimos seguir adelante. No teníamos mucho seguro, así que tuvimos que hipotecar todo lo que teníamos. Con el apoyo del banco pudimos recuperarnos”, explica Tan.

“A través de cada desastre, nos hicimos más fuertes, nos hicimos más grandes”, añade. “Desde la crisis financiera asiática hasta el incendio, pasando por la crisis financiera mundial y la COVID-19, pudimos salir adelante. Creo que eso habla de quiénes somos como empresa”.

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