Durante los últimos dos años desde que surgió la pandemia, los científicos han estado investigando continuamente COVID-19. Si bien el virus en sí ha demostrado ser muy problemático, ha habido varios casos en todo el mundo en los que los pacientes recuperados enfrentaron múltiples problemas de salud que desarrollaron con el tiempo. Ahora se ha demostrado que este notorio virus no solo afecta a nuestros órganos respiratorios, sino que en muchos casos también a nuestro funcionamiento digestivo y cardiovascular. Las mujeres, en particular, informaron algunos problemas ginecológicos después de recuperarse de COVID-19.
Muchas recurrieron a las redes sociales y compartieron los problemas que enfrentaron debido a su enfermedad prolongada y los efectos del virus en su ciclo menstrual. Las condiciones más comunes a las que se enfrentaban estas personas eran períodos irregulares, coagulación de la sangre, empeoramiento del estado de salud mental y síndrome premenstrual.
Un aviso, atribuido a un funcionario de alto rango del Partido Comunista Chino, creó un alboroto entre los residentes de Beijing, ya que afirmaba que las restricciones de covid cero impopulares y tensas de China (pruebas masivas, bloqueos selectivos y restricciones de viaje) podrían extenderse por otros cinco años.
Según The Guardian, el texto original del aviso, atribuido al secretario de Beijing del Partido Comunista, decía: “En los próximos cinco años, Beijing comprenderá incansablemente la normalización de la prevención y el control de epidemias”.