Este «fondo buitre» utiliza los litigios para bloquear a Cuba de los mercados financieros internacionales, afirmó el BNC.
El Banco Nacional de Cuba (BNC) rechazó este jueves ante la Corte de Apelaciones de Londres que el fondo buitre CRF I Ltd sea su legítimo acreedor por el cobro de 72 millones de euros de deuda soberana derivada de préstamos firmados en la década de 1980.
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Durante su argumentación, el BNC, que se dedica a gestionar la deuda externa de Cuba contraída antes de 1997, se refirió a un fallo de 2023 de la jueza Sara Cockerill, quien concluyó que el Estado cubano no podía ser considerado garante de una deuda en la que el fondo de inversión figuraba como acreedor.
En la presente apelación, el BNC argumentó que Cockerill se equivocó al validar la cesión a CRF I Ltd de los derechos contractuales sobre los valores derivados de los préstamos originales de los bancos europeos.
El encargo fue firmado el 25 de noviembre de 2019 por el exdirector de Operaciones del BNC, Raúl Olivera-Lozano, quien actualmente se encuentra preso en Cuba debido a este caso.
El Banco Nacional de Cuba afirmó que esta cesión no es válida porque Olivera-Lozano no siguió los procedimientos internos adecuados, que incluían el requisito de certificar las operaciones bancarias con dos firmas diferentes. El fondo CRF I Ltd impugna este requisito, argumentando que no se trataba estrictamente de una operación bancaria.
El Banco Nacional de Cuba también afirmó que no recibió el aviso previo requerido para la reasignación de la deuda, que fue contraída inicialmente en 1984 con los bancos Credit Lyonnais e Istituto Banco Italiano, y luego pasó al ICBC Standard Bank.
En su alegato ante el Tribunal de Apelación, el Banco Nacional de Cuba afirmó que CRF I Ltd quiere utilizar este litigio para “bloquear efectivamente a Cuba de los mercados financieros” para facilitar el cobro de toda su cartera de deuda cubana impaga, que asciende a unos 1.200 millones de euros.
CRF I Ltd se registró en las Islas Caimán en 2009 para invertir en deuda soberana impaga. Niega ser un “fondo buitre” y afirma ser un “inversor responsable” y que sólo demandó al Banco Nacional de Cuba para instarlo a negociar amistosamente una reestructuración de la deuda.