La financiación aprobada consiste en una subvención de 90,7 millones de dólares y un préstamo de 60,3 millones de dólares. El BAfD administrará los fondos y supervisará el programa, que comenzará en el primer trimestre de 2025.
El martes, un prestamista africano anunció que el Fondo Verde para el Clima, respaldado por las Naciones Unidas, aprobó 151 millones de dólares estadounidenses en financiamiento para un importante programa destinado a abordar la resiliencia climática en el Cuerno de África.
El programa, apoyado por el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), respaldará el programa del grupo bancario “Construir resiliencia climática para la alimentación y los medios de vida en el Cuerno de África”, que beneficia a 4,6 millones de personas en Yibuti, Somalia, Kenia, Etiopía y Sudán del Sur.
“El nuevo financiamiento apoyará soluciones de resiliencia impulsadas por la comunidad y con equilibrio de género”, afirmó el BAfD en un comunicado.
El banco señaló que estas soluciones incluyen prácticas de gestión sostenible de la tierra, acceso a tecnologías climáticamente inteligentes, energía renovable, desarrollo de capacidades para cooperativas, agronegocios y micro, pequeñas y medianas empresas, así como crédito, servicios climáticos, sistemas de alerta temprana y seguros indexados.
Martin Fregene, director de agricultura y agroindustria del banco, afirmó que el BAfD está comprometido con la creación de resiliencia climática. “La movilización del apoyo del Fondo Verde para el Clima demuestra el compromiso constante del Grupo del Banco Africano de Desarrollo de ampliar los sistemas agrícolas sostenibles y resilientes al clima en el Cuerno de África, mejorando así la seguridad alimentaria en una de las regiones más vulnerables del planeta”, afirmó Fregene.
La financiación aprobada consiste en una subvención de 90,7 millones de dólares y un préstamo de 60,3 millones de dólares. El BAfD administrará los fondos y supervisará el programa, que comenzará en el primer trimestre de 2025.
Según el BAfD, el Cuerno de África es muy susceptible a los riesgos relacionados con el clima, como las precipitaciones irregulares, el aumento de las temperaturas y las sequías e inundaciones cada vez más frecuentes. Estas condiciones han exacerbado los problemas socioeconómicos y han amenazado los medios de vida de las comunidades agropastorales que dependen de la agricultura de secano. El cambio climático también ha provocado un aumento de las enfermedades del ganado, los cultivos y los seres humanos, así como la degradación de las tierras, lo que ha reducido la productividad.
Se espera que la inversión reduzca significativamente las emisiones de carbono, secuestrando potencialmente 14,1 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente durante los 25 años de vida útil del proyecto, lo que es comparable a las emisiones de por vida de 600.000 automóviles.