Junto a los dos en el viaje de campamento estaba la hermana de su esposa, quien tampoco sobrevivió a la tragedia.
“Antes de irme, mi hijo me dijo que me cuidara unos días mientras ellos no estaban. Ahora ya no está”, dijo, y agregó que su esposa solo dio a luz a su hijo después de muchos años.
Dijo que cuando vio por primera vez el cuerpo de su hijo y luego el de su esposa, se desmayó.
Después de varios días de lágrimas, Tong dijo que aceptó el incidente y volvió a trabajar poco después.
“No quiero sentarme sola en casa y dejar que mis emociones me dominen. Es mejor que me vaya a trabajar”, dijo a CNA antes de un evento especial donde se entregaron familiares de varias víctimas con ayuda del gobierno.
Durante el evento, el Ministro del Departamento del Primer Ministro (Sabah, Asuntos de Sarawak y Funciones Especiales), Armizan Mohd Ali, entregó 20.000 ringgit de ayuda financiera al Sr. Tong.
Armizan más tarde le entregó RM10,000 a Siti Esah Hassan, de 53 años, quien es la madre de otra víctima, Nurul Azwani Kamaruzaman, de 31.
La Sra. Siti dijo que tuvo que aceptar la muerte de su hija, aunque fue difícil hacerlo, especialmente cuando vio la ropa de su hija en su casa en Kuala Lumpur.
“Es difícil para mí dormir por la noche, pensando en ella. Se siente como si ella estuviera allí a veces. Cuando miro su ropa, me siento más triste. Pero no puedo hacer nada más que aceptar lo que pasó”, dijo a los periodistas en su casa.
Dijo que Nurul Azwani, la mayor de tres hijas, era una persona alegre que siempre tenía una sonrisa en el rostro.
“Se suponía que regresaría a casa ese viernes y luego se suponía que íbamos a regresar a mi pueblo en Kelantan en autobús por la noche. Mi hija ya había comprado los boletos porque eran las vacaciones escolares”, dijo la Sra. Siti.