Cuando una pareja decide casarse, generalmente también toma decisiones financieras importantes en conjunto. Una de las más comunes es adquirir una vivienda con un crédito hipotecario. Pero ¿qué ocurre cuando la relación llega a su fin? El Divorcio y Pago de la Hipoteca es un tema que genera muchas dudas en México, ya que implica tanto cuestiones legales como económicas.
En este artículo te explicaremos de forma sencilla cómo se maneja el tema de la hipoteca durante un divorcio, qué opciones existen y qué debes tener en cuenta si estás pasando por esta situación.
Introducción al divorcio en México
En México, el divorcio es el proceso legal mediante el cual se disuelve el vínculo matrimonial entre dos personas. Este procedimiento ha evolucionado con los años: antes se requería justificar las causas de separación, pero hoy en día existe el divorcio incausado, lo que significa que basta con que uno de los cónyuges no desee continuar con el matrimonio para que se pueda solicitar la disolución legal.
Este tipo de divorcio busca agilizar el proceso y evitar conflictos innecesarios. Sin embargo, cuando hay bienes en común —como una casa adquirida con hipoteca—, es necesario definir cómo se manejará esa deuda y la propiedad.
Divorcio y pago de la hipoteca: un tema clave
Cuando una pareja compra una vivienda con crédito hipotecario, ambos suelen figurar como titulares de la deuda. Esto significa que ambos son responsables legalmente de pagarla. Por eso, al llegar el momento del divorcio, la hipoteca no desaparece: sigue existiendo y debe pagarse.
Aquí entran en juego varios factores:
- El régimen matrimonial bajo el cual se casaron.
- Quién continuará viviendo en la propiedad.
- La capacidad económica de cada uno.
- Los acuerdos a los que puedan llegar.
Régimen matrimonial: sociedad conyugal o separación de bienes
En México existen dos principales regímenes matrimoniales:
- Sociedad conyugal:
Los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenecen a ambos. Si la vivienda se compró durante el matrimonio, la propiedad y la deuda se dividen en partes iguales. - Separación de bienes:
Cada cónyuge conserva la propiedad de los bienes que haya adquirido de forma individual. Si solo uno aparece en el crédito hipotecario, entonces esa persona es responsable de pagar la deuda.
En cualquier caso, la hipoteca debe liquidarse o redefinirse, ya que el banco no se involucra en la vida personal: mientras exista un crédito activo, los titulares deben responder por él.
Opciones para manejar la hipoteca tras un divorcio
Existen varias alternativas que las parejas pueden considerar para resolver el tema de la vivienda:
- Vender la propiedad y liquidar la deuda:
Es una de las soluciones más comunes. La pareja vende la vivienda, paga al banco lo que resta del crédito y, si hay un excedente, lo reparten según corresponda. - Uno de los cónyuges asume la deuda:
Si una de las personas desea quedarse con la casa, puede negociar con el banco para asumir la totalidad del crédito. Esto implica hacer un trámite de sustitución de deudor. - Mantener la propiedad en copropiedad:
En algunos casos, las parejas deciden continuar pagando la hipoteca entre ambos, incluso después del divorcio, especialmente si hay hijos involucrados y uno de los dos vive en la casa.
Importancia de los acuerdos legales
Aunque algunas parejas logran llegar a acuerdos de palabra, lo más recomendable es formalizar todo legalmente. Esto incluye:
- Establecer por escrito quién seguirá pagando la hipoteca.
- Determinar si se venderá la casa y cómo se repartirá el dinero.
- Definir el uso de la vivienda en caso de que uno de los cónyuges continúe habitándola.
Contar con un abogado especializado en derecho familiar puede facilitar el proceso y evitar problemas futuros.
El banco no se involucra en el divorcio
Es importante aclarar que el banco no toma partido en el divorcio. Para la entidad financiera, los deudores originales siguen siendo responsables hasta que la deuda se liquide completamente o se haga una sustitución formal de deudor. Por eso, si una de las partes deja de pagar, la responsabilidad recae sobre ambos si ambos firmaron el crédito.
Conclusión
El divorcio y pago de la hipoteca es un tema delicado que combina aspectos legales y financieros. Lo más importante es actuar con claridad, llegar a acuerdos justos y formalizarlos legalmente para proteger el patrimonio y evitar conflictos a futuro.
Si estás atravesando un divorcio en México y tienes una vivienda con hipoteca, no estás solo. Acércate a un abogado y a tu institución financiera para encontrar la mejor solución para ambas partes.
Tomar decisiones informadas puede ayudarte a cerrar un ciclo de forma ordenada y comenzar uno nuevo con tranquilidad.




























