El Plan REPowerEU de la Unión Europea, iniciado en mayo de 2022, ha puesto la energía nuclear en la vanguardia de su estrategia para asegurar la energía y alcanzar los objetivos climáticos. Francia sigue invirtiendo fuertemente en energía nuclear, mientras que Alemania se ha alejado en gran medida de ella.
La agitación geopolítica causada por el conflicto entre Rusia y Ucrania ha remodelado la estrategia energética de Europa. El Plan REPowerEU de la UE, valorado en casi 300 mil millones de euros, tiene como objetivo eliminar la dependencia de los combustibles fósiles rusos para 2027. Un elemento central de esta estrategia es el papel de la energía nuclear para asegurar el suministro de energía y apoyar la transición hacia una economía baja en carbono.
Esta ambiciosa estrategia sitúa a la energía nuclear en la vanguardia para garantizar la seguridad energética y cumplir los objetivos climáticos. En particular, el hidrógeno libre de fósiles, derivado de la energía nuclear, desempeñará un papel fundamental en la sustitución del gas natural.
La energía nuclear genera electricidad en 14 de los 27 estados miembros de la UE, lo que representa el 25% de la electricidad de Europa y el 50% de su electricidad baja en carbono. En la conferencia COP28 a finales de 2023, una coalición de 20 países, encabezada por el presidente francés Emmanuel Macron y el enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, se comprometió a triplicar la capacidad mundial de energía nuclear para 2050. Este compromiso se considera fundamental para lograr objetivos netos. cero emisiones de carbono.
El enfoque francés
Francia, defensora desde hace mucho tiempo de la energía nuclear, obtiene aproximadamente entre el 65% y el 70% de su electricidad de fuentes nucleares. Esto no sólo posiciona a Francia entre los principales productores de energía nuclear a nivel mundial, sino que también subraya su compromiso estratégico de mantener la energía nuclear como un elemento básico de su política energética nacional.
Francia opera actualmente 56 reactores con una capacidad total de 61.370 megavatios. La estrategia francesa incluye la construcción de al menos seis nuevos reactores de aquí a 2050, cuya construcción comenzará en 2028 y se pondrá en funcionamiento en 2035.
La energía nuclear también contribuye significativamente a la economía francesa, ya que genera aproximadamente 457.200 puestos de trabajo (180.100 directamente y 277.100 indirectamente).
El enfoque alemán
En marcado contraste, Alemania ha adoptado una postura más cautelosa hacia la energía nuclear. La energía nuclear representa menos del 2% de la generación eléctrica de Alemania, y el país opera sólo tres reactores con una capacidad combinada de 4,055 megavatios.
La estrategia de Alemania ha estado moldeada por un fuerte sentimiento antinuclear, particularmente después del desastre de Fukushima en 2011. En consecuencia, Alemania se ha comprometido a eliminar gradualmente la energía nuclear, optando en cambio por centrarse en fuentes de energía renovables como la eólica y la solar.
Sin embargo, un combustible fósil sucio y con alto contenido de carbono, como el carbón, todavía representa casi el 27% de la producción eléctrica de Alemania.
A pesar del papel limitado de la energía nuclear en Alemania, el sector todavía mantiene alrededor de 136.300 puestos de trabajo (29.400 directamente y 106.900 indirectamente).
Estrategias contrastantes
Los caminos divergentes de Francia y Alemania no sólo reflejan diferentes inclinaciones políticas y públicas hacia la energía nuclear, sino que también ponen de relieve implicaciones económicas y ambientales más amplias. La inversión de Francia en tecnología nuclear contribuye a un suministro de energía estable y con bajas emisiones de carbono, mejorando tanto la seguridad energética como el crecimiento económico.
Mientras tanto, el énfasis de Alemania en las energías renovables está alineado con su visión de un futuro energético sostenible, aunque encuentra obstáculos en términos de confiabilidad energética y logro de la neutralidad de carbono.
El reconocimiento por parte de la UE del papel de la energía nuclear en el Plan REPowerEU subraya la importancia de una combinación energética equilibrada y diversificada. La energía nuclear, con sus bajas emisiones de gases de efecto invernadero (comparables con las energías renovables como la eólica y la hidráulica), ofrece un camino viable para reducir la huella de carbono de Europa.
Por ejemplo, la energía nuclear emite sólo 12 gramos de CO2 equivalente por kilovatio-hora (kWh), en comparación con los 48 gramos de la energía solar fotovoltaica, los 820 gramos del carbón y los 490 gramos del gas, según estimaciones de nucleareurope.
«El año pasado, la Alianza Nuclear de los Estados miembros de la UE fijó el ambicioso objetivo de tener 150 GW de capacidad nuclear instalada en la UE para 2050. A esto siguió la declaración en la COP28 que pedía triplicar la capacidad nuclear a nivel mundial», afirmó Yves Desbazeille. Director General de NuclearEurope.
En conclusión, mientras Europa se esfuerza por lograr la independencia energética y los objetivos climáticos, no se pueden pasar por alto los beneficios económicos y estratégicos de la energía nuclear.
Las estrategias contrastantes de Francia y Alemania ilustran el debate más amplio sobre el futuro de la energía nuclear. Mientras Francia aprovecha la energía nuclear para mejorar la seguridad energética y el crecimiento económico, el enfoque centrado en las energías renovables de Alemania busca afrontar los desafíos de un panorama posnuclear.
Equilibrar estos enfoques será clave para el futuro energético de Europa, garantizando tanto la sostenibilidad como la seguridad.