Una disculpa presidencial aún alejada de la realidad
La conferencia de prensa televisada del jueves pasado por el presidente Yoon Suk Yeol, que marcó el punto medio de su mandato de cinco años, fue posiblemente la última oportunidad para que el gobierno recuperara influencia política en medio de la caída del índice de aprobación del presidente. La disculpa y la inclinación de cabeza estuvieron ahí, pero en general, terminó sin resonancia ni tranquilidad.
El presidente mostró su habitual confianza, sugiriendo su insensibilidad ante la urgencia y gravedad de las circunstancias que enfrenta. Se le ocurrió una curita cuando se necesitaba una operación quirúrgica. Su narrativa llena de fariseísmo e interpretación egocéntrica confirmó su distanciamiento hacia el sentimiento público.
Su disculpa fue menos convincente porque no estaba claro por qué se disculpaba. Un periodista señaló que su disculpa podría ser «malinterpretada», ya que estaba forzando una disculpa por presión externa, aunque no sentía la necesidad de hacerlo. La sesión de preguntas y respuestas que duró más de dos horas sólo generó «peros» y «en fin, lo siento».
La manzana de la discordia estuvo en las acusaciones y escándalos relacionados con la primera dama Kim Keon Hee. Pero no hubo cambios en la defensa de su esposa. Admitió que ella no se había comportado sabiamente, pero añadió excusas innecesarias como «era demasiado ingenua».
El presidente dijo que no se podía considerar que su esposa le aconsejara ser más amable con sus asistentes «interfiriera con los asuntos estatales». Yoon incluso dijo que la definición de «abuso de poder» debería redefinirse si los comportamientos que le ayudan a gobernar mejor entran en esa categoría. Sus bromas sobre si ese consejo podría considerarse «intromisión» o «abuso de poder» -y su afirmación de que algunos están tratando de demonizar a su esposa para atacarlo- fueron torpes. Parecía más resentido que arrepentido. Algunos incluso podrían preguntarse si realmente necesita la aprobación de su esposa para disculparse públicamente.
El presidente siguió en desacuerdo con las exigencias de impedir que su esposa hiciera apariciones públicas y realizara actividades. También pospuso la reorganización del personal presidencial y del gabinete hasta que se apruebe el proyecto de ley presupuestario del próximo año y el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, preste juramento.
Yoon no parece ser consciente de que los esfuerzos por recuperar la confianza pública son sumamente imprescindibles para su gobierno. Aunque en una conversación grabada se le escuchó claramente ordenar la nominación de Kim Young-sun como candidato para postularse en una elección parcial para un escaño legislativo, el presidente negó haber interferido alguna vez en las nominaciones del partido.
El presidente se inclinó ante el pueblo y no rehuyó las preguntas de los periodistas. Pero Yoon debe reunirse con el pueblo y los veteranos de diversos sectores para escuchar y ser humilde ante diversas voces para reflejarlas en la gobernanza.
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