Por Song Sang-ho
WASHINGTON, 5 de agosto (Yonhap) — Estados Unidos pidió el lunes a Corea del Norte que detenga sus medidas «provocadoras» e «improductivas» y regrese al diálogo después de que Pyongyang dijera que celebró una ceremonia durante el fin de semana para transferir 250 nuevos lanzadores de misiles tácticos a unidades militares de primera línea.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado, hizo el llamado mientras la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte informaba el lunes que el líder Kim Jong-un asistió a la ceremonia de transferencia de los lanzadores, que describió como «nuevas armas de ataque fundamentales».
«Alentamos a Corea del Norte a que deje de tomar medidas provocadoras e improductivas y regrese a la mesa de negociaciones», dijo en una conferencia de prensa.
Las preocupaciones sobre las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte han persistido en ausencia de una diplomacia significativa para al menos frenar esas amenazas, a pesar de las reiteradas propuestas de Washington para reunirse con Corea del Norte sin condiciones previas.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Pyongyang realice una prueba nuclear, Miller dijo que no tenía ninguna evaluación para comentar sobre el asunto.
Miller también expresó su esperanza de que se aborden las preocupaciones humanitarias que afectan al pueblo norcoreano tras los informes sobre graves daños causados por las recientes lluvias en el aislado estado.
Pyongyang ha expresado su gratitud por la oferta de ayuda del presidente ruso, Vladimir Putin, para recuperarse de lo que quedó tras las lluvias torrenciales, aunque no ha respondido a la propuesta de Seúl de enviar ayuda humanitaria.
«Obviamente, nuestros pensamientos están siempre con el pueblo de Corea del Norte, como están con el pueblo de cualquier país del mundo cuando sufre un desastre humanitario», dijo.
«Cualesquiera que sean las diferencias que tengamos con cualquier gobierno, no son diferencias con el pueblo de ese país. Por eso esperamos que se atiendan las necesidades humanitarias del pueblo norcoreano».
La ciudad fronteriza de Sinuiju y el condado de Uiju, en la provincia de Phyongan del Norte, sufrieron recientemente fuertes lluvias. Los medios de comunicación surcoreanos han informado de que el número de muertos o desaparecidos podría superar los 1.000.
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