La sorpresa siempre ha sido decisiva en la guerra, y una vez más Ucrania lo ha demostrado con valentía, como hizo el país cuando se defendió con tanta valentía contra la segunda mayor potencia militar del mundo hace 30 meses, después de que Vladimir Putin intentara aplastar a su país con su invasión.
Las tropas de Kiev han realizado un avance ultrarrápido en la región rusa de Kursk con tanques y unidades mecanizadas que nadie anticipó, especialmente el Kremlin.
Es evidente que la operación estuvo bien preparada, con ataques cibernéticos que bloquearon las comunicaciones y los drones rusos, con la ayuda de una importante potencia de fuego de artillería. Se trata de fuerzas militares ucranianas regulares, no de las milicias que participaron en incursiones anteriores.
Los convoyes rusos que trasladan tropas a la región a toda prisa tras el ataque inicial parecen haber sido duramente atacados por Ucrania. Se colocaron campos minados para proteger a la fuerza de ataque. Las redes sociales sugieren que están llegando más tanques y tropas ucranianos, además de importantes capturas de soldados enemigos.
Resulta difícil determinar el número exacto de tropas implicadas, y mucho menos los objetivos de este audaz ataque que los ha llevado posiblemente a 20 millas de la frontera. Sea como fuere, todo demuestra un nivel impresionante de planificación operativa.
Las tropas de Kiev han realizado un avance vertiginoso en la región de Kursk, en Rusia, con tanques y unidades mecanizadas que nadie anticipó, especialmente el Kremlin, escribe IAN BIRRELL
Putin, el arquitecto de tantas atrocidades sangrientas en esta estúpida guerra, ha guardado silencio hasta ahora.
Los militares ucranianos lanzan artillería contra las posiciones rusas. Llevar la lucha a Rusia con la primera invasión de su territorio desde 1941 es una maniobra audaz y arriesgada.
También guarda similitudes en estilo con el rápido avance de Ucrania hace dos años que recuperó grandes porciones de la región de Járkov, liderado por el general Oleksandr Syrskyi, quien desde entonces ha sido ascendido a comandante general de las fuerzas armadas de Ucrania.
Llevar la lucha a Rusia con la primera invasión de su territorio desde 1941 es una medida audaz y arriesgada. Y parece que los aliados occidentales quedaron tan sorprendidos como el Kremlin cuando se lanzó el martes pasado desde la región ucraniana de Sumy.
Putin, el arquitecto de tantas atrocidades sangrientas en esta estúpida guerra, ha guardado silencio hasta ahora, pero sus colaboradores piden apoyo a las Naciones Unidas, se quejan patéticamente de una «provocación a gran escala» y ahora amenazan con una «respuesta dura».
Sólo el tiempo dirá si esto fue una acción valiente pero temeraria por parte de Ucrania, o una medida inteligente que obligará a Moscú a trasladar fuerzas desde otras partes de la línea del frente, ayudando así a la defensa del territorio de Kiev y elevando la moral de los ciudadanos y los aliados occidentales.
Sin duda, el ataque desmiente las sugerencias de que la guerra estaba llegando a un punto muerto, con la implacable apisonadora militar rusa logrando avances aplastantes en el este de Ucrania a pesar de las enormes bajas.
Kiev ha vuelto a demostrar su capacidad militar al contar con suficientes armas modernas, como en su notable derrota a la flota rusa del Mar Negro, donde utilizó drones y misiles para hundir o dañar un tercio de los barcos, obligando al resto a retirarse de Crimea. Esto ha frustrado la capacidad de Moscú de bombardear Ucrania desde buques de guerra.
En esta última operación, Ucrania ha atacado con explosiones masivas dos bases aéreas utilizadas para lanzar bombas planeadoras que están causando una horrible masacre entre civiles y soldados ucranianos.
La lenta respuesta rusa muestra una vez más los fallos de una estructura de mando de estilo soviético y de arriba hacia abajo bajo un dictador ávido de poder. La propaganda de Moscú se ha reducido a mostrar imágenes de ataques «exitosos» contra Ucrania en Kursk, imágenes que en realidad fueron filmadas en otro lugar.
No sabemos si Ucrania planea seguir adelante o intentar mantener este territorio capturado para canjearlo en futuras negociaciones por sus propias tierras robadas, o retirarse después de haber sacudido al enemigo, inquietado al régimen ruso y obligado a colocar más seguridad y tropas a lo largo de las regiones fronterizas.
Un vehículo de combate de infantería ucraniano. Moscú ha tenido una gran ventaja en esta guerra hasta ahora porque no ha necesitado comprometer recursos militares para defender su frontera.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky. Kiev ha demostrado una vez más su capacidad militar al contar con suficientes armas modernas
Pero, como señala acertadamente el estratega militar Phillips O’Brien, Moscú ha tenido una gran ventaja en esta guerra hasta ahora porque no ha necesitado comprometer recursos militares para defender su frontera, lo que él describe como «una cosa asombrosa en la guerra».
Esta ventaja se debió a la ridícula determinación de Occidente desde el principio de frenar los intentos de Ucrania de contraatacar dentro de Rusia. Washington se quejó ante Kiev incluso de los ataques a los depósitos de combustible que abastecían a la maquinaria militar del Kremlin.
El patético temor de Occidente a una escalada, alimentado incesantemente por las amenazas de Moscú de una guerra nuclear, ha sido un arma poderosa para Putin porque limitó la ayuda militar a Kiev y encadenó severamente la capacidad de Ucrania para defenderse.
Sin embargo, hoy Kiev ha desafiado radicalmente esta postura y ha demostrado lo absurdo de semejante timidez en este enfrentamiento histórico entre dictadura y democracia. Como decía el estratega prusiano Carl von Clausewitz, en la guerra hay que devolver los golpes al enemigo, y una campaña defensiva puede librarse con batallas ofensivas.