El plan de Arabia Saudita para aumentar la producción de crudo podría socavar seriamente los ingresos de Rusia por combustibles fósiles necesarios para su guerra contra Ucrania, informó Politico el 3 de octubre.
Riad planea abandonar su precio objetivo no oficial de 100 dólares por barril y aumentar la producción para asegurar su posición dominante en el mercado global, incluso a costa de una caída de los precios del petróleo, Tiempos financieros informó la semana pasada, citando sus fuentes.
Rusia depende en gran medida de las ganancias del petróleo y el gas, que han representado casi un tercio de los ingresos federales totales del país en 2023 y el 42% en 2022. Las ganancias de los combustibles fósiles, por tanto, desempeñan un papel clave en la financiación de la costosa maquinaria de guerra de Rusia.
Alexandra Prokopenko, economista y miembro del Carnegie Endowment for International Peace, le dijo a politico que una caída de 20 dólares en los precios del petróleo al tipo de cambio actual causaría a Rusia una pérdida de 1,8 billones de rublos (20 mil millones de dólares) en ingresos, lo que representa aproximadamente el 1% del producto interno bruto del país.
Esto obligaría al país a recortar la financiación, lo cual es poco probable durante una guerra a gran escala, o a aceptar una inflación creciente y unos tipos de interés significativamente más altos, concluyó el experto.
Arabia Saudita ha tratado anteriormente de convencer a otros miembros de la OPEP+ de que reduzcan la producción para mantener los precios más altos. Sin embargo, la falta de coordinación y los aumentos unilaterales por parte de países como Rusia supuestamente frustraron al país del Golfo y lo convencieron de cambiar de rumbo.
En septiembre, el precio del petróleo cayó brevemente por debajo de los 70 dólares por barril, el nivel más bajo desde diciembre de 2021.
Riad pretende reanudar la escala de su producción en diciembre, incluso a costa de una caída prolongada de los precios, informó el Financial Times.