Se espera que el presidente Xi Jinping inaugure el puerto de Chancay cuando visite Perú la próxima semana. El megapuerto financiado por China puede remodelar el comercio en el Pacífico, pero también ha inquietado a Estados Unidos. En la segunda parte de una serie de dos partes, Igor Patrick analiza las implicaciones para todo el continente sudamericano.
Erik Bethel, exrepresentante de Estados Unidos en el Banco Mundial durante la presidencia de Donald Trump, estaba hablando en una conferencia en Miami en mayo cuando sorprendió a la audiencia al interrumpir su análisis de la seguridad en el hemisferio occidental para lanzar una advertencia.
“Esperar hasta que el puerto de Chancay en Perú se conecte con Brasil. Esto será una llamada de atención para todos nosotros”, dijo Bethel. “Si no estás rastreando eso, simplemente búscalo en Google. Es un gran problema”.
Si bien los formuladores de políticas estadounidenses han destacado anteriormente los riesgos potenciales para la seguridad del megapuerto de Chancay, financiado por China (la general Laura Richardson, comandante del Comando Sur de los EE. UU., ha estado expresando preocupaciones durante años), la declaración de Bethel destacó. Fue una de las primeras advertencias para enfatizar las ramificaciones económicas del nuevo puerto no sólo para Perú o Brasil, sino para todo el continente sudamericano.
Construido a un costo estimado de 3.500 millones de dólares, el megapuerto está preparado para convertirse en un centro logístico fundamental en la región y un punto de conexión crucial entre América del Sur y el Indo-Pacífico.
Financiado principalmente a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, el proyecto representa una de las inversiones más importantes en América Latina bajo la estrategia impulsada por el comercio de Beijing.
Ahora que China está posicionando estratégicamente este proyecto como un triunfo potencial para compensar los recientes reveses de la Franja y la Ruta en América del Sur, hay mucho en juego. Los diplomáticos chinos están promoviendo activamente sus perspectivas y se espera que el presidente Xi Jinping asista a la inauguración del puerto en noviembre, subrayando su importancia.