SEÚL, 12 de septiembre (Yonhap) — Un tribunal de apelaciones encontró el jueves culpable de instigar el delito a un financista en el esquema de manipulación de acciones de alto perfil que involucra a la primera dama Kim Keon Hee, una decisión que se espera que influya en la investigación relacionada sobre ella.
El caso se centra en las acusaciones de que Kwon Oh-soo, ex presidente de Deutsch Motors, un concesionario de BMW en Corea del Sur, manipuló el precio de las acciones de la empresa entre 2010 y 2012 a través de medios ilegales, incluidas transacciones falsas y el uso de cuentas financieras bajo los nombres de otras personas.
Kwon supuestamente coludió con operadores de manipulación de acciones, una empresa de consultoría de inversiones y ejecutivos de empresas de corretaje.
El fallo del jueves ha atraído mucha atención ya que podría marcar el tono de la investigación en curso sobre la presunta participación de la primera dama en el plan.
Supuestamente Kim y otra persona, de apellido Sohn, tuvieron sus cuentas financieras utilizadas en el plan, aunque no estuvieron directamente involucrados en la manipulación en sí.
El jueves, el Tribunal Superior de Seúl revocó la decisión previa de un tribunal de distrito de absolver a Sohn y lo declaró culpable de instigar la presunta manipulación. Sohn fue sentenciado a seis meses de prisión, con la pena suspendida por un año.
«El acusado, aunque conocía la manipulación en curso de los precios de las acciones de Deutsch Motors, participó creando artificialmente compras de acciones, facilitando así la manipulación por parte de otros acusados», afirmó el tribunal.
El tribunal afirmó que la manipulación causó daños a los inversores del mercado en general, quienes desconocían dicha manipulación.
El tribunal superior también condenó a Kwon a tres años de prisión, con una suspensión de la pena de cuatro años, y le impuso una multa de 500 millones de wones (372.939 dólares estadounidenses). Esta pena fue más severa que la condena de dos años que le impuso el tribunal inferior, con una suspensión de tres años, y una multa de cinco millones de wones.
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