Según la amplia acusación federal revelada el martes 17 de septiembre, han salido a la luz detalles importantes sobre las redadas de marzo en las casas de Sean “Diddy” Combs en Los Ángeles y Miami.
Según el documento, obtenido por Page Six, los funcionarios federales habrían incautado “varios suministros de Freak Off, incluidos narcóticos y más de 1.000 botellas de aceite y lubricante para bebés”. La acusación también señala que durante la investigación de marzo se descubrieron tres rifles AR-15 con “números de serie borrados” y un cargador de tambor.
Diddy, que fue acusado el martes de tres cargos de tráfico sexual por la fuerza, fraude o coerción; asociación ilícita para cometer crimen organizado; y transporte para ejercer la prostitución, está acusado de obligar a mujeres y hombres a ejercer la prostitución –a veces bajo los efectos de las drogas– a realizar actos sexuales denominados “Freak Off” en los documentos oficiales. La acusación formal alega que Combs “participó en un patrón persistente y generalizado de abuso hacia las mujeres y otras personas”. Las acusaciones que se remontan a 2008 y que se enumeran en la acusación formal afirman que, además de numerosos casos de mala conducta sexual, el fundador de Revolt amenazó y obligó a las mujeres durante años a ocultar sus acciones y “proteger su reputación”.
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¿Qué pasó durante las supuestas fiestas salvajes organizadas por Sean ‘Diddy’ Combs?
El extenso imperio empresarial de Diddy también ha sido arrastrado a la denuncia por su supuesta participación en actividades ilegales y por participar en “actos de intimidación, manipulación, soborno y amenazas de represalias” para asegurar la “absoluta lealtad” de aquellos que pudieron haber presenciado el crimen cometido por “miembros y asociados de la empresa”.
Las bacanales salvajes organizadas por el fundador de Bad Boy Records implicaban la presencia de “sustancias controladas, aceite para bebés, lubricante, sábanas extra e iluminación” en las habitaciones. Los miembros del personal del rapero caído en desgracia también tenían que limpiar las habitaciones del hotel después de estos “Freak Off” para “mitigar los daños en las habitaciones”. Además, los empleados supuestamente organizaban el viaje de las víctimas, ordenaban líquidos intravenosos y fajos de billetes para que su jefe supuestamente pagara a las “trabajadoras sexuales comerciales”.
La acusación también pinta una imagen inquietante de las fiestas salvajes llenas de drogas y sexo en cuestión, ya que Diddy supuestamente “golpeaba, pateaba, arrojaba objetos y arrastraba a las víctimas, a veces, por el pelo”. Estos encuentros finalmente resultaban en lesiones “que tardaban días o semanas en sanar”.
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Diddy tenía la ventaja y controlaba casi todos los aspectos de la vida de sus presuntas víctimas.
Según consta en los documentos, Combs aparentemente tenía control sobre sus víctimas. Supuestamente amenazaba con “retenerles el apoyo financiero” e incluso supuestamente rastreaba su paradero. Además, las víctimas no tenían voz ni voto en su relación con Combs. La acusación alega que no podían decirle que no “sin arriesgar su seguridad financiera o laboral o sin repercusiones en forma de abuso físico o emocional”.
Además, los documentos sostienen que Bad Boy for Life obtendría grabaciones incriminatorias de estos “Freak Offs” como garantía para comprar la obediencia y el silencio de las víctimas.
Combs fue arrestado en Manhattan el lunes. Como ya hizo en otras ocasiones, su abogado volvió a negar todas las acusaciones y tiene la intención de “luchar como el demonio” en el tribunal para que su cliente sea liberado.